El lenguaje nos regala la oportunidad de descifrar la vida. La de fuera y la que fluye en nuestro interior. El español (a mí me gusta más el término que el castellano) está adornado de una virtud que es la polisemia. Al contrario que la tendencia de algunos sectores hoy, combina su economía con una exuberancia enorme en cada palabra. Militar es lo mismo servir en la guerra que profesar la milicia, que figurar en un partido o colectividad, que haber o concurrir en una cosa alguna razón o circunstancia particular que favorece o apoya cierta pretensión o determinado proyecto. Copiado del Diccionario de la Real Academia.
Cuando ayer instalábamos en nuestro diario el Club del Amigo Militante, un seguidor bienintencionado expresó sus suspicacias por la palabra militante. También lo hizo un inteligente empresario hace semanas, cuando conoció nuestras intenciones. Y entiendo sus prevenciones. El mal ejercicio de la política por algunos que han llegado para aprovecharse de ella en lugar de servir a los demás profundiza en una generalización -que no es buena- de las atribuciones de malas prácticas. Lo mismo sucede con el mundo militar, ante el que asociamos imágenes del pasado en lugar de pensar en su dimensión holística (y humanista) del presente.
Pero en EL DIARIO DE HUESCA nos interesa más la cuarta acepción, la que reinterpreto como la integración en una buena causa. Sí, integración, no exclusivamente apoyo. Nuestro Club del Amigo Militante es una pretensión de que, en nuestras pequeñas instalaciones en Coso Alto, 19-1 C (a las que están invitados, nos encanta recibir), estén todos los que ahora lean estas líneas. Y más. Aquellos a quienes ustedes, en su laica evangelización de un periodismo libre e independiente, deseen convencer para un proyecto de desarrollo de la provincia.
Si les sirve de ejemplo, nosotros militamos. Militamos -ya que ayer recibí una fotografía en la que ambos figuraban- en Carlos López-Otín y en el añorado Manolo Sarasa, o en Elías Campo o en Ana Pardo-Saganta. Militamos en las organizaciones del Tercera Sector, tanto las integradas en Cadis como las incluidas en la Plataforma del Voluntariado. Militamos en el Banco de Alimentos, en las Conferencias de San Vicente de Paúl y en las Cáritas Diocesana. Militamos en todas las asociaciones sociales y culturales de los pueblos más próximos y más recónditos. Militamos en los clubes deportivos. Militamos en la sociedad civil y en la Plataforma Huesca Suena y en el Foro B21, y en esa bonita manera de ver la vida que es Un Paso Atrás. Militamos en las gentes del campo, y en los hosteleros, y en los comerciantes, y en los empresarios, y en los trabajadores, y en los autónomos. Militamos en los libreros a los que adoramos. Militamos en los guardias civiles, en los policías y en los militares austeros y abnegados. Militamos en esos ángeles de la guarda que se dedican a los servicios sociales. Militamos en los otros ángeles de la guarda que cuidan nuestra salud, la corporal y la psíquica. Militamos en ti. Y en ti. Y en ti.
La nuestra es una causa difícil... sin ti. Contigo tendremos todas las posibilidades, y más, de seguir al servicio del periodismo de las tres P, como preconizó Antonio Angulo: plural, provincial y profesional. Contigo podremos dinamizar este territorio de 10 comarcas y más de doscientos municipios, porque tenemos más voluntad, incluso, que fuerza. No, no es fácil. Escribió Abraham Lincoln que la probabilidad de perder en la lucha no debe disuadirnos de apoyar una causa que creemos que es justa. Y añadía que, si quieres ganar un adepto para tu causa, convéncelo primero de que eres su amigo sincero. Nosotros somos tus amigos. Y quizás, sólo quizás pero si lo piensas es muy probable, tomando por tu mano una buena bandera estés siendo justo con tu tierra y contigo mismo. Que, al final, va relacionado. Yo milito contigo. Y te invito a que lo hagas conmigo. Hasta el último aliento, procuraré no defraudarte.