29 de agosto de 1947. Islero mata a Manolete. 19 de abril de 1961. Nazco yo. El resto de mis compañeros son más jóvenes. Entenderás, querido amigo lector, que hay una imposibilidad existencial de que hubiéramos matado al matador. La única, que entra dentro de las hipótesis sobrenaturales, sería que Islero se hubiera reencarnado en mí, que visto mi volumen sería una posibilidad. Pero no, aunque quizás no me falte la bravura para replicar a los que quieren tenderme, tendernos, la muleta para llevarnos a sus terrenos. En EL DIARIO DE HUESCA, convencidos como estamos del valor del albedrío y de la libertad, queremos guiarnos por la iniciativa y por la coherencia.
Matar a Manolete es una metáfora que se aplica a aquel a quien se le quiere atribuir algo hiperbólicamente. "Me van a acusar hasta de haber matado a Manolete". Me dicen que en algunos palacios andan inquietos con nuestro alumbramiento. Y no tienen por qué. Si se rigen a sí mismos por el interés general, no recibirán sino aplausos. De lo contrario... Es el fundamento de la libertad de expresión. No creo que el cuarto poder, como pomposa y hoy irrealmente se le denomina al periodismo (tan flaco como el rocín de don Quijote), tenga que vigilar al poder. Vigilar, tutelar o controlar contienen connotaciones a mi modo de entender excesivas. Eso sí, ha de observar las conductas a través de su ojo curioso para ovacionar cuando es menester, desautorizar cuando el desempeño es erróneo, denunciar cuando el abuso se empodera del ambiente.
La rumorología inducida pretende abortar una iniciativa como EL DIARIO DE HUESCA que brota de la sociedad civil y a ella le sirve
Voy a contarles un pequeño secreto. Un rector de un medio muy pegadito al poder envió una circular a todos los suyos para que no recogieran la nota de prensa de nuestra aparición, porque somos una competencia publicitaria dura. ¡Si todavía no habíamos empezado! Matan moscas a cañonazos. Quien sabe, en unos años y si los lectores nos siguen apabullando con el seguimiento a esta tribuna de libertad, quizás les hagamos algo más que cosquillas. Pero nuestro objetivo es convivir y complementar, no abatir.
Hoy, por tercera vez, me aseguran que en corrillos institucionales se nos adjudica la emisión de una encuesta sobre intención de voto para el ayuntamiento de Huesca que se ha publicado por redes sociales. ¡Para encuestas estamos nosotros, jajaja! Les voy a decir algo íntimo. No me gustan los sondeos porque, en cualquiera de los efectos (la espiral del silencio de Elisabeth Noelle-Neumann es uno de los más conocidos), pueden intentar socavar la madurez del ciudadano libre, reflexivo e independiente. Pero es que, además, es absolutamente falso que hayamos realizado muestreo alguno. Y tanto lo es como es cierto que esa rumorología (no, el rumor nunca es antesala de la noticia, es una falsedad porque si no dejaría de ser rumor para erigirse en verdad) pretende abortar una iniciativa como EL DIARIO DE HUESCA que brota de la sociedad civil, sirve a la sociedad civil y de la sociedad civil ha de nutrirse. Otro día les cuento algo más al respecto sobre la acogida de la sociedad civil y de las instituciones (sin generalizar, que las ha habido comprensivas y alentadoras).
Pero hoy lo que toca es jurar por lo que más queráis (incluso por Snoopy como el viejo dicho) que no llegamos a matar a Manolete. Y que tampoco hemos hecho ninguna encuesta. Lo digan Agamenón o los seguidores de los porqueros.