Ouigo, tratar a los clientes como borregos

23 de Enero de 2023
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A estas horas, 21:31, parto de Madrid hacia Zaragoza. Hoy me he estrenado con Ouigo. Así lo han estipulado mis anfitriones, a los que nada reprochar. Todo lo contrario. La experiencia en Madrid Fusión ha sido fascinante. El empoderamiento de la trufa como producto de gala, ver competir -y bien aunque no sea finalista- a Iris Jordán con un bonito discurso sobre los pueblos con mucha más verdad que toda perorata oportunista, celebrar el primer premio de los cocineros de La Era de los Nogales, ver en acción a chefs internacionales... Por tanto, quede claro que gratitud total a Juan Barbacil y las dos direcciones generales del Gobierno que nos han invitado a ser testigos de la jornada.

La ida en el tren de alta velocidad francés ha sido aceptable. Incluso con llegada a la capital española con tres minutos de adelanto. Lo que acabamos de padecer esta noche es indignante e indigno de una compañía seria. Definitivamente, para mí ya no lo es. A golpe de "low cost", los ciudadanos convertidos en consumidores acríticos, asemejamos a las ocas cuando les abarrotan el buche en esa "trazabilidad" (cuántas tropelías a algunos animales blanquea el palabro) que engrasa el hígado para convertirlo en una delicia. Por utilizar otra analogía, cientos y cientos de usuarios de Ouigo hemos sido sometidos a un proceso de estabulación en los mejores de los casos de tres cuartos de hora. Primero en el vestíbulo de Atocha, luego en el andén a la intemperie, impertérritos mientras un cartel indicaba: 21:00 Madrid-Sants, Parada principal Zaragoza-Delicias. Salida inmediata. Y ya las 21:05, y 21:10, y 21:15... Hasta las 21:26 en que hemos sido encarrilados a toda pastilla, sin una sola explicación, sin tener la delicadeza de abrir las puertas antes para soportar la tediosa espera sentados.

No es sólo "low cost", es "low quality" y "low consumer support". De pésima calidad y desprecio al cliente. Caro, aunque haga el trampantojo de barato. Pero los muy cretinos dicen algo así en su web. "El universo Ouigo se puede traducir en diversión y positivismo. Somos una marca a la que nos encanta recibir a todo el mundo". Y encima en este vagón pone "Let's go". Y además se corta internet cada pocos minutos. Y yo me defeco en su insensibilidad porque la madre que los parió no tiene culpa alguna de su incompetencia. Digo. Y además sostengo que somos un pueblo bueno, apenas unas palmas de protesta, capaces de soportar como borregos esta nefanda invasión francesa. Aunque también es verdad que los franceses no tienen la culpa de sus ineptos, porque quiero pensar que nosotros tampoco de nuestra parte alícuota que nos ha dejado viajar en esta pesadilla. 21:55. Y no puedo mandar este comentario, ¡maldito Tim Berners-Lee que no garantizaste la cobertura universal! ¡Ea, que cuando llegue, llegue! Yo ya me he desquitado de la furia. Aunque todavía pueden desatarla. Y ahora suena por megafonía que vayamos a consumir al bar. ¡Porca miseria!

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