La cultura y el perverso artículo determinado

21 de Enero de 2024
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Asegura José Antonio Marina en Biografía de la Inhumanidad, apoyándose en Bertrand de Jouvenel y su visión de la II Guerra Mundial, que en muchas de las atrocidades del siglo XX ha habido una previa pedagogía maligna del odio, una sistemática erradicación de la compasión y un tenaz cultivo del resentimiento.

Todo redunda, al final, en lo que Marina denomina "estigmatización categorial", que da lugar a confrontaciones, a identificaciones de enemigos por razón incluso étnica y a la acentuación del odio hacia colectivos que quedan en franca debilidad. Concretar la abstracción de las lecturas en la realidad es algo fascinante y me ha traído hasta un episodio de nuestra actualidad, la polémica por la retirada de apoyos de una marca de coches a una tal Itziar Ituño, actriz que se ha manifestado para pedir la libertad para los etarras que penan en prisión sus asesinatos, secuestros, extorsiones y todo tipo de crímenes.

La perversidad se centra en lo ético y en lo lingüístico, aspecto este último que también comporta una parte de moralidad. La pedagogía maligna del odio se constata en que la compasión hacia los asesinos y la desafección hacia las víctimas, lo que implica alinearse con los que en tal concepto descargaron las pistolas y detonaron las bombas. Esto, además, es una sistemática erradicación de la compasión hacia quienes más sufrieron, los asesinados y sus familiares. Y constata, igualmente un tenaz cultivo del resentimiento que es en lo que se amparó siempre la falsaria argumentación de ETA y de sus acólitos, que es idéntica a la de los nacionalismos catalán y vasco. Ahí tienen la trinidad aludida por Marina para una atrocidad del siglo XX: la del terrorismo etarra que hoy pretenden edulcorar.

En lo periodístico, la exhibición de maximalismos se concentra en la barbarie de los titulares. Mi profesor Fernando Pérez Ollo, que era muy duro de pelar, les hubiera suspendido epígrafes como "La cultura se solidariza con Itziar Ituño" o "El mundo de la cultura respalda a Itziar Ituño", o "Solidaridad en la cultura", o "La cultura se ha volcado con...". Esa generalización, terrible, aviesa y negadora de la diversidad además de extrema y aviesamente errónea, es contraria a todas las reglas de la profesión que tanto predicara Kapuscinski, que aquí también podría proclamar que cuando la información comenzó a ser negocio la verdad dejó de ser importante.

En el mundo de la cultura, salvo que escojamos el monolitismo tiránico frente a la diversidad real, hay de todo como en botica, y difícilmente pueden identificarse como ejemplarizantes quienes olvidan a las víctimas para apoyar la impunidad de los verdugos. Es curioso que algunos actores o músicos, empecinados en el resentimiento y el rencor, olviden a quienes lloraron junto a los ataúdes y se alineen con los que enviaron a personas inocentes bajo tierra. La cultura no es sino el sistema de valores que nos hemos otorgado las civilizaciones en un avance que tiene sus retrocesos, y respaldar a los criminales en un Estado de Derecho es lo más reaccionario y anticultural que existe.

Quiero decirte, además, amigo lector, que tú y yo también somos cultura y, en nuestro libre albedrío, elegiremos nuestra opción ante cualquier asunto que impregne la esfera pública. Yo, desde luego, no me solidarizo con la indecorosa e ignorante actriz y, por tanto, arranco de cuajo el "La" de la cultura y el "El" de el mundo de la cultura porque es una falsedad que no es que no me represente a mí, sino que atenta contra la verdad. El artículo determinado, de hecho, mal empleado es una bomba de relojería contra el criterio diverso y a favor de ese fenómeno destructivo que es la combinación de prejuicio y la generalización. 

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