SD Huesca: cien días

01 de Agosto de 2023
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Antaño, cuando existía una cierta educación en la política, se contemplaba un uso consuetudinario consistente en la "cortesía de los cien días". Esto se ha perdido ya. Exactamente igual que la campaña electoral se inicia al día siguiente del escrutinio y dura cuatro años, los opositores se lanzan a la yugular de los gobiernos desde el minuto uno. No hay piedad, no hay empatía con el aterrizaje. ¿Es bueno, es malo? En un mundo gobernado por Murphy, es lo que es. Sin más.

Me piden varios buenos lectores un editorial sobre la Junta de Accionistas de la Sociedad Deportiva Huesca. Voy a tirar de racionalidad en el extraordinario universo futbolero de la pasión. Quiero, porque de la suerte del Consejo dependerá en gran medida la del club y, por tanto, la de los aficionados, que su gestión sea fabulosa. Que en un año algunos empecemos a ovacionar y, en dos o tres -cuando se considere conveniente para el plan estratégico- el aplauso sea cerrado. Y no les digo cuál es mi sueño, porque es el de muchos de ustedes.

No empece, sin embargo, para que extraiga una serie de conclusiones que me atrevo a apuntar a modo de decálogo:

1.- Petón ha sustituido a Petón. Es la versión ulterior versus la anterior, exigido, eso sí, por una coyuntura delicada, a mi entender admitida a regañadientes cuando lo mejor es la transparencia, porque los humanos podemos empatizar y hasta perdonar. El anterior consejo fue creado por José Antonio y éste también. Las directrices son unipersonales en la praxis de hoy, ausente Agustín. Si los criterios han sido los adecuados, el tiempo lo dirá. Como decía Enrique Sánchez Carrasco, si acierto tuviere, Dios se lo premiare. Si error tuviere, Dios se lo demandare. Entiéndase Dios como la afición.

2.- El optimismo. Fernando Callizo es empresario (y de los muy buenos) y ve el vaso medio lleno, aunque quizás en la comparativa se le fue un poco la mano. Que todos los equipos de Segunda División son deficitarios es rigurosamente incierto. Que la situación económica del Huesca es excelsa representa una visión beatífica. De ser así, no hubiera sido necesario tal berenjenal como el que nos tiene inmersos.

3.- La falta de reconocimiento. Quizás se produjo en la asamblea, no en el resumen final ante los medios de comunicación. Uno, a su edad, echa de menos la elegancia de la gratitud a los consejeros salientes, básicamente porque habrán contribuido lo que habrán contribuido, pero tienen responsabilidad tendente a cero en las decisiones trascendentales del club. Y muchos de ellos han empujado con entusiasmo.

4.-La forma de los emolumentos. Ausentados los consejeros incompatibles, se supone un sistema de dietas sustanciosas para compensar los esfuerzos del auditor García Capó (o de Cristina Aranda, una reputada profesional) para dirigir las pautas de acción para recortar eficiente e inexorablemente los gastos. La transparencia es el gran repelente de los prejuicios y las maledicencias, incluso de los sicofantes. Sería bueno que el cuerpo social supiera este extremo que ha motivado la marcha de varios de los miembros del organismo.

5.- Las tres masas. El presidente Callizo aludió a los 2,3 millones que hay que ahorrar: 1,3 en peloteros y técnicos, 0,7 en el cuerpo extradeportivo y 0,3 en contratos externos. Al ritmo que vamos de "fugas" de buenos jugadores (sospecho que queda alguna), la primera parte se alcanzará, aunque en el fútbol esto no es una ciencia exacta. Quizás en invierno haya que gastar lo que no se desembolsa en verano. Ahí también rige la ley de los cien días.

6.- Cuestión de fe. La que tiene el presidente cuando asegura que tenemos un equipo muy competitivo, mejor que el de la temporada pasada. Cuco Ziganda se debe estar frotando las manos. Es probable que en los amistosos estén de espaldas haciendo relaciones públicas con los aficionados. De lo contrario (si hubieran visto como yo el Racing-Huesca), un poquito de susto en el cuerpo ya tendrían. Yo, por lo pronto, iré a rezar a San Lorenzo hasta el comienzo de la Liga. Y conste que soy de natural optimista antropológico. Pero llevo 55 años viendo fútbol, lo siento.

7.- La profesionalización pregonada. No está científicamente comprobada en el fútbol en las nuevas incorporaciones (salvo la experiencia de Capó en el Madrid a la que aludió Callizo). Tendrán que demostrarla como el movimiento,  andando.

8.- ¿La afición está ilusionada? La masa social tiene de todo, optimistas, pesimistas y mediopensionistas. Pero todos, ante todo, demandan respeto, que les miren a los ojos. La comunicación con los aficionados se produce a través de los goles de Obeng o el empuje de Hashimoto, pero también con palabras de amor sencillas y tiernas. Nadie le llevó nunca la contraria a Serrat, al menos en esto.

9.- La figura de Agustín Lasaosa. "SD Huesca: adiós a la Comisión Ejecutiva, reducción a 5 consejeros y un plan para Agustín Lasaosa". Este fue el titular de la comparecencia de Petón, Callizo y Ortas el 26 de junio. Las dos primeras partes ya se han cumplido, Ortas es el indiscutible hombre fuerte del club y la tercera parte del titular está en el aire. En Huesca, de la única que sabemos que tiene un plan es de Lorena. Existe un tufillo de cierto temor al indubitable aprecio social al expresidente que se postula para volver, cuando la instrucción de Oikos ha concluido. Negar su arraigo no atraerá nada bueno. Tienen que anunciar el plan que Petón, como dijo en junio, pergeña.

10.- El "socio activo". Acepto el eufemismo como animal de compañía. Aseguró Callizo que desde hace diez meses no ha habido negociaciones. Rechazo la mayor. Las ha habido. La pregunta es si es necesario o no, si es urgente o no, si contribuiría a mejorar el rendimiento del equipo (esto es fútbol, recordémoslo) o no.

Cien días. En ese centenar, puede ocurrir de todo, pero sólo sirve mejorar la gestión y disparar por la escuadra. Que el Huesca retorne a aquella consideración de la que presumíamos como el equipo al que quiere venir todo jugador (hoy todos piensan en irse, a la vista está). Que es tanto como asumir que el cambio necesario ha sido el relevo virtuoso. Y ya hace muchos siglos que Tomás fue requerido para poner los hechos al servicio de la fe.

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