¿Y si Torra fuera candidato? ¿Y si fuera president en virtud de los efectos de la amnistía?

27 de Noviembre de 2023
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Cuando se actúa contra conciencia, sucede en ocasiones que los acontecimientos desnudan la incoherencia de uno. ¿Cuántas veces no te ha sucedido, querido lector, que has utilizado una mentira piadosa que ha quedado desnudada inmediatamente por la imprevisible sucesión de las acciones que siguen a la excusa? En el cauce público de estos tiempos híper comunicados ocurre con muchísima frecuencia. En el "mercado" de las redes sociales hay expertos algorítmicos y neuronales que bucean como pez en el agua en busca de las incongruencias. Y pescan, siempre pescan.

Los argumentos utilizados sin convicción y sin rectitud de criterio desfilan por el vertedero de la inanidad en el mejor de los casos. En otros, el efecto bumerán suelta una bofetada. En ocasiones, lleva guantes de boxeo y se amortigua el impacto. En otras, los nudillos descargan sobre el rostro y, como mínimo, astillan la mitad de los huesos faciales. Uno de los casos que probablemente va a saltar a la palestra más pronto que tarde es la posibilidad más que cierta, según los mentideros del aliviado universo independentista catalán, de que Quim Torra pretenda ser el próximo candidato de Junts a la Generalitat de Cataluña. Y, en tal tesitura, no descartable, se desplomarían las excusas para no votar y para no debatir la pretensión aireada del expresidente de incorporar a la tal comunidad, país, nación o imperio -serán lo que quieran mientras tengan agarrado de los dídimos al inquilino de La Moncloa- todo el Aragón oriental hasta el Cinca.

Lo que comenzó siendo una indignación en mezcolanza de cóctel con una cierta hilaridad puede dejar de tener cualquier atisbo de humor. Como decía con otras palabras mi admirado Luis, tenía la gracia en los testículos. Y, esta conclusión, ¿sobre qué base? Pues sobre la más que previsible circunstancia de la rehabilitación vía amnistía de un tipo al que no le cabían más felonías en su mandato, más atentados contra la ley, más cobijo a los terroristas de los CDR, más apoyo al Tsunami Democrátic que quería -y quiere- destruir España.

Y, de una ocurrencia tuitera apoyándose en los falaces cimientos de la irresponsabilidad del Instituto de la Nova Historia, puede concluir en una verdadera tragedia para Huesca y para Aragón, porque el presidente del Gobierno de la nación española habría de enfrentarse a la contingencia de negar a Quim Torra -en el esperemos que lejanísimo supuesto de que sea aspirante por Junts y luego habitante del despacho preferente de la plaza de Sant Jaume- la catalanidad de Fraga, de Binéfar, de Monzón o de Tamarite, pongamos por ejemplo. Y ahí, en ese preciso instante, en el momento en el que Sánchez debería decir ¡basta ya! y su militancia oscense elegir entre el silencio en las votaciones y la radical negativa al insensato catalán, es cuando podemos prepararnos para que nos tiemblen las piernas. Como a Rambo.

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