El conocimiento de la verdad nos hace libres. Platón
¿Has visto Matrix? ¿Y Matrix The resurrection? Toda una provocación, ¿verdad? Por estas cosas que tiene la asociación de ideas, tras un "atracón" de las dos películas de Matrix este fin de semana, ha venido a mi mente de inmediato la famosa alegoría de "La Caverna" de "La República" de Platón. Diferentes escenarios, pero mismo mensaje, diferentes tiempos, "pasado y futuro", pero tiempos "presentes" e infinitos en ambos casos. La elección como foco, la libertad de elegir entre la píldora azul, la "matrix" ilusoria y falsa de la realidad, o la píldora roja, la realidad tal y como es.
Elegir la píldora azul es vivir una ilusión en la comodidad que supone la ignorancia, conformarse con lo que conoces y evitar los cambios o el malestar que puede suponer quitarse la venda de los ojos eligiendo esa píldora azul que simboliza las sombras en la caverna de Platón y esa ilusión falsa sobre la realidad y lo conocido. Esa píldora que no nos deja ver más allá de las sombras proyectadas y que son sólo eso, "sombras" que no permiten ver la realidad ni descubrir más allá, ni crecer, resguardados en la seguridad que da la ignorancia.
Elegir la píldora roja, ver la luz a la salida de la caverna, es quedarnos cegados en el inicio para ser iluminados después al enfrentar la realidad, por muy difícil o incómoda que ésta sea. Es tomar el control, aceptar los desafíos y la búsqueda profunda del conocimiento en ese proceso que puede ser el autoconocimiento y el desarrollo personal. Es la búsqueda del sentido, de nuestro propósito y nuestro verdadero potencial.
Platón nos describía en su alegoría cómo la búsqueda del conocimiento y la comprensión de la verdad nos liberan de la ignorancia y las ilusiones, representando a la caverna como la ignorancia o este matrix del futuro. Al principio, al prisionero de Platón le resulta difícil aceptar la nueva realidad cegado por el sol al salir de la cueva, pero gradualmente se adapta y se da cuenta de que el mundo fuera es la realidad y todo lo que ha vivido es una ilusión y una creencia limitante orquestada y manipulada, al igual que le pasa al protagonista de Matrix.
La realidad es compleja y nos provoca inseguridad e incomodidad pero es en la aceptación de la misma donde encontramos la fuerza y la verdadera libertad, la que nos permite tomar el control de de nuestras vidas. Es en la duda, en el cuestionamiento de las certezas donde empezam os el camino hacia el Conocimiento.
“El hombre no se ilumina imaginando figuras de luz, sino haciendo consciente la sombra”. Carl Jung
Esta cita del gran psicólogo Jung y la escuela junguiana nos recuerda al igual que la caverna de Platón, la importancia de afrontar nuestras sombras para alcanzar la luz y el camino del desarrollo y crecimiento personal. No es suficiente con poner foco en los aspectos positivos de nosotros mismos y nuestras realidades; debemos trabajar en reconocer y gestionar nuestro lado oscuro, nuestras sombras para llegar al verdadero proceso de autoconocimiento y lograr la integración completa. Enfrentar la verdad, por dura que sea, es fundamental para alcanzar la libertad y confrontar las creencias limitantes. Y, para eso, hay que empezar con una elección. Todos los días enfrentamos decisiones que reflejan esta elección entre la píldora azul y la roja, entre las sombras y salir a la luz.
Optamos por ignorar nuestros problemas y crear realidades paralelas o elegimos mirarlos de frente, venciendo los miedos, para afrontarlos y buscar las soluciones y desafíos que nos esperan tras tomar la píldora roja. En nuestras manos está siempre la elección, la posibilidad de ser valientes, de cuestionar creencias y certezas, de avanzar hacia esa comprensión más profunda de nosotros mismos y de nuestros contextos, a superar los miedos que mantienen las matrix en las que muchas veces vivimos, porque enfrentar los miedos es liberar la conciencia.
El aforismo griego «Conócete a ti mismo» con su traducción al latín en "Nosce te ipsum" quien confrontaba a sus jóvenes discípulos con su realidad interior, consigo mismos, invitándoles al constante cuestionamiento de sus propias opiniones y les orientaba a la constante búsqueda de la Verdad y del Saber, aquella que existe en el fondo de cada persona. Dicha convicción y fuerza de Sócrates en sus argumentos, fue tan grande que fomentaba la constante curiosidad sobre ellos mismos y el mundo que les rodeaba, esa curiosidad que es la fuerza que impulsa hacia el Conocimiento, un camino que se recorre de dentro hacia afuera y de fuera hacia adentro, sin algoritmos, en un maravilloso caos de incertidumbres.
¡Gracias!