Antonio Morlanes

Democracia y libertad con respeto

Presidente de ARAGONEX
04 de Enero de 2023
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¿Cuándo se ha perdido el valor de la democracia en libertad? Quizás el concepto de bienestar social lo hayamos transfigurado hacia esa fórmula individual que significa el consumo y que nada es suficiente para colmar la satisfacción personal. Existe una carencia importante sobre el valor que tiene vivir en democracia y libertad, se concibe como algo ya asentado sin riesgo a que puedan ser atacadas y eliminadas. Es fundamental que entendamos, en su propio valor, el significado de vivir en armonía, que de esto resultan discrepancias de la que aprender y corregir el modelo, esta no es una cuestión nueva, ya que , en mayor o menor medida, ha sido el eje sobre el que hemos realizado nuestras vidas.

La emperatriz Suiko de Japón, primera mujer en ascender al trono, adoptó un código de convivencia que se denominó la Constitución de los 17 artículos, cuya síntesis era, “No alberguemos resentimientos cuando otros difieran de nosotros. Pues todos los hombres tienen corazón y cada corazón tiene sus propias inclinaciones. Lo que es justo para ellos es injusto para nosotros y lo que es justo para nosotros es injusto para ellos”.

Hemos iniciado un nuevo año y deberíamos considerar establecer una fórmula de compromiso destinada a corregir todas aquellas alteraciones negativas que pervierten nuestra convivencia. Para ello la mejor herramienta, según entiendo yo, es el diálogo basado en la capacidad de entendimiento, de vernos unos a otros como lo que somos, personas, sin diferencias absurdas solo basadas en el color, género u otras imbecilidades.

Cuando consideramos que nuestra forma de vida es incompleta y reivindicamos más facilidades sin compromiso, es posible que nos estemos viendo como un elemento central a quien el resto debe servir, cuando lo principal es la responsabilidad que nuestros actos tienen sobre los demás, en definitiva, el respeto tanto el natural como el basado en las normas que la sociedad se da en libertad.

Iniciar el año puede ser la mejor excusa para romper con la tensión que hemos venido produciendo. Ya en alguna ocasión me he referido a que en lugar de convivir buscando las mejores posibilidades para todos, lo que hemos hecho ha sido consolidar bandos, con capacidad de enfrentamiento permanente,  señalando lo negativo del de enfrente, sin entender cómo somos nosotros. Es difícil vivir así, pues lo único que deseamos es salir victoriosos por la derrota del contrario. Vivimos en un mundo de trincheras que no nos conduce a ninguna parte.

Todos los esfuerzos que hacemos cuando combatimos entre nosotros deberíamos dirigirlos a mantener un mundo mejor en su amplio espectro. Uno de ellos: cuidar la naturaleza. Necesitamos un entorno limpio, saludable, donde poder vivir en armonía con el medioambiente,  porque nos hace falta más la naturaleza a nosotros que al revés, es decir, sin ella no tenemos futuro. Quizás no nos hayamos percatado de que el planeta continúa su rumbo al margen de cualquier especie.

El desprecio que nos produce el uso de los recursos naturales no se compagina con el mensaje, ya muy antiguo, de que estos son escasos con referencia a la necesidad que se tiene de ellos. La especie humana es la única que consume sin ningún propósito de reposición. Hace relativamente poco tiempo hemos empezado a pregonar que deberíamos usar el sistema que hemos denominado, economía circular. Esta es la esencia de nuestras capacidades para no permitir que nada quede sin un nuevo destino. No es posible continuar explotando la naturaleza y que no tenga un coste nefasto para las próximas generaciones.

No es necesario retroceder en relación con lo que la tecnología ha puesto a nuestro servicio, pero en base a esta capacidad debemos priorizar ser conscientes de que los recursos deben tener como nuevo destino el ser activos en nuestro medio de vida. La complementariedad entre nosotros y la naturaleza debe ser integral, de lo contrario continuaremos con esa lucha absurda de que es necesario mantener en la indigencia a un buen número de habitantes y, de esa forma, que el resto continue esquilmando sin sentido los recursos.

En la actualidad, ciertos grupos de medios de comunicación social, a través de periodistas que se prestan a ello, definen lo correcto o lo incorrecto de las decisiones que toman las instituciones políticas. Esto significa que no dan información sobre los acontecimientos, sino que producen una opinión que determina cómo debe ser el modelo de sociedad en el que debemos vivir y basta con esperar a que ellos nos marquen el camino. Les voy a poner un ejemplo que he leído cuando me disponía a escribir este artículo; la periodista Teresa Gómez de OKDIARIO determina que ,“Los magistrados del Constitucional de Pedro Sánchez, dispuestos a votar algo inconstitucional”. Ya, con este titular decide que hay magistrados del Tribunal Constitucional que pertenecen a Pedro Sánchez, curiosa posesión; pero para cerrarlo, sin ni siquiera haberse reunido dicho tribunal para tratar sobre el tema de si el Senado puede debatir, o no, la ley de elección de miembros del Constitucional, ella decide, primero que van a votar los magistrados súbditos de Pedro Sanchez y segundo que lo votado será inconstitucional. Sin comentarios.

Creo que como me refería al inicio, debemos ser capaces de reaccionar, valorar la importancia que tiene la democracia y la libertad y, por supuesto, basar esto en el respeto que debemos tener unos con otros. Todos somos personas y por tanto portadores de los mismos derechos y obligaciones.

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