Pertenezco a una organización mundial de mujeres. Cuando la formaron en 1910 era solo de mujeres. Nació para defender los derechos de las mujeres, tan poco reconocidos no solo en España, sino en todo el mundo. Hoy, como miembros de pleno derecho se admiten asociaciones mixtas, siempre que la representante sea mujer. Creemos que debemos trabajar CON los varones, no contra ellos.
Nos quejamos de cuántos derechos tenemos vetados en este primer mundo. Y es cierto. Todavía tenemos techos de cristal que tenemos que superar, en muchos casos nuestra propia autoestima.
Yo, que al pertenecer a esta organización he viajado por diferentes países de África y América Latina, he visto cómo viven muchas mujeres de estos países. Y puedo asegurar que están a años luz de cómo estamos aquí.
Hay un país en el que no he estado y es Afganistán. Solo puedo imaginar, gracias a las noticias que de vez en cuando nos ofrecen los medios de comunicación, cómo viven las mujeres en este país.
Los afganos no tienen suficiente con esconder a sus mujeres con los insoportables burkas, que les han negado salir a la calle solas; les han negado la educación, no pueden ir a la escuela y mucho menos a la universidad; no les permiten trabajar para ser autosuficientes y, por si fuera poco, hace unos días me enteré que les han cerrado las peluquerías. El único lugar en el que podían encontrarse y hablar entre ellas. Parece ser que ya les habían cerrado las ventanas para que no las vieran desde la calle, pero ahora les han cerrado incluso el local ¿Podemos hacernos una idea del suplicio que están sufriendo estas mujeres’
Aunque en una ocasión me cuestionaron el que existiera la organización a la que pertenezco por ser solo de mujeres, creo que sigue siendo necesaria para apoyarnos mutuamente, aunque pertenezcamos a diferentes culturas y tradiciones.
Sé que nunca entraremos en contacto con las mujeres afganas, pero sí estoy convencida que podemos ayudar a muchas mujeres a que, aunque sea despacio y a largo plazo, a que ocupen el lugar que les corresponde. Como mujeres y como personas.