Con motivo del 19 de octubre, Día Mundial Contra el Cáncer de Mama, la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) lanza una campaña “Nos lo tomamos a pecho”, donde mujeres con cáncer de mama y su entorno son las protagonistas. Es una campaña cocreada y protagonizada por pacientes y familiares que traslada la realidad del cáncer de mama, cómo lo viven y el recorrido desde el diagnóstico, sus emociones y sentimientos.
La vida se paraliza en un párrafo y se escribe un punto y aparte en el momento en que, en la consulta, se comunican unas palabras: “Tiene cáncer de mama”. La vida tira de freno de mano y paraliza a la paciente: es un antes y un después. Para ella se inicia un nuevo camino lleno de incertidumbre, un viaje inesperado con un hipotético final feliz.
El cáncer de mama es el tumor más frecuente en la mujer en todo el mundo, aunque un 1% de los casos se diagnostican en hombres. En España, durante el año 2024, fueron diagnosticadas 35.875 personas con cáncer de mama y en Huesca, 200 mujeres.
Las campañas tienden a simplificar el impacto, pero la realidad es que la mujer se siente aterrada frente al diagnóstico, con un impacto vital inicial —¿qué me va a pasar?, ¿me voy a morir?, ¿qué va a ser de mi familia?—. Posteriormente, aparecen otros impactos relacionados con los tratamientos, donde las personas necesitan acompañamiento.
También se enfrentan a barreras en el ámbito laboral. Si están en activo, 1 de cada 4 mujeres tiene o tuvo problemas económicos, situación que se agrava en las más jóvenes. Las pacientes describen con palabras sus sensaciones: “tú te paras en un mundo en el que todo sigue”. Ellas, las pacientes y supervivientes, deben afrontar los cambios físicos, aceptarse, quererse y valorarse —“envejeces antes de lo que toca” —. En la fase de supervivencia, el 57% dice estar preocupada por su aspecto físico debido al cáncer y sus tratamientos. Ser siempre paciente, aunque se sobreviva. En esa misma fase, el 36% asegura tener mala calidad de vida.
El cáncer afecta también a la esfera sexual. En la fase de supervivencia, el 46% de las mujeres declara sentirse molesta por ser incapaz de mantener relaciones sexuales con la frecuencia deseada. El 55% evita la actividad sexual por el impacto emocional y por efectos secundarios de los tratamientos como sequedad vaginal, dolor o cambios hormonales. Surge la pregunta: ¿por qué los médicos no preguntan por esta circunstancia y no apoyan más en esta situación?, ¿existe falta de humanización al afrontar la disminución de la calidad de vida?
Otro factor es la presión social y la autoexigencia. No siempre se sienten comprendidas ni escuchadas por su entorno. Mujeres que replantean sus objetivos, propósitos y metas tras el diagnóstico, redefiniendo la versión de sí mismas y su trabajo diario contra el cáncer de mama.
La incidencia en 2024 fue de 35.875 casos, y el 24% de los diagnósticos se produce en mujeres menores de 50 años, muchas sin haber cumplido su deseo de maternidad. El Sistema Nacional de Salud garantiza la criopreservación de óvulos y técnicas de reproducción asistida, pero ¿se lo ponemos fácil a las pacientes?
Lo positivo es que la supervivencia media alcanza el 85%. En el cáncer de mama, la medicina de precisión es cada vez más avanzada: conocemos más variantes genéticas y podemos aplicar tratamientos dirigidos, “como un dedo de guante”. Aunque la enfermedad pueda recaer, existen múltiples líneas de tratamiento que permiten cronificarla.
Esta es parte de la radiografía del cáncer más diagnosticado en la mujer. Pero la verdad se escribe con las voces y los relatos de mujeres y su entorno. Esas historias reales del día a día son imprescindibles para atender sus necesidades y seguir avanzando en investigación. Una verdad y unas voces que deben conseguir que nos lo tomemos a pecho cada día del año.