La leyenda de Robin Hood es quizás la más corrompida de las historias populares. Si ustedes preguntan “¿qué hacía Robin Hood?”, todo el mundo responderá: “Robarles a los ricos, para dárselo a los pobres”. Error. Robin Hood no robaba a los ricos, robaba al Estado el dinero que obtenía de los impuestos y se lo devolvía al pueblo. Tanto a señores como a campesinos.
Robin Hood no es la única leyenda contra los altos impuestos que ha dado la época medieval. Antes era muy conocida la historia de Lady Godiva que anduvo desnuda para conseguir una rebaja impositiva. Y en la historia de España en general, y del Reino de Aragón en particular, ha habido numerosos levantamientos y rebeliones por el tema de los impuestos. El último de ellos es la huelga tributaria ideada por Joaquín Costa, el león de Graus, y Basilio Paraíso, en 1901. Merece un artículo que algún día escribiré.
Sin embargo, estamos en 2024. Si existen movimientos ciudadanos es para criticar, como mucho, la directiva de nuestro equipo de futbol. Dejando las cuentas públicas en manos “de hunos y hotros” como bien dijo Unamuno.
Desde la pandemia, en España hemos sufrido dos incrementos insostenibles. El primero de ellos es el de la inflación. Los precios de los productos suben, que es lo mismo que decir que nuestra capacidad adquisitiva se desploma. El otro incremento es el de la presión fiscal. Más de 50 impuestos se han incrementado para la clase media. La última subida en marzo, nos incrementaron el IVA de la luz, y nadie se ha quejado.
Tras todo esto, me ha dado por mirar una estadística, la renta por hogar en España. Es decir, el dinero del que disponen las familias para gastar. El resultado para nada es sorprendente. Todos los españoles, exceptuando los jubilados, somos más pobres. La clase media se empobrece a un ritmo insostenible. Dentro de poco será una leyenda, como la de Robin Hood.
Y, junto con todo esto, llega la hora de pagar más a Hacienda, estamos en la campaña de la renta.
Antes de la pandemia, lo que se pagaba al famosísimo “Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas” representaba, de media, el 12,8% de la renta. El año pasado ya era el 14,7% y este año puede ascender hasta casi el 15% ¿Qué significa esto? Que desde la pandemia pagamos más en el IRPF, cuando de ninguna manera somos más ricos que antes de la pandemia. Este dato se vuelve más sangrante cuando vemos quién paga el IRPF. Las rentas medias y altas. El 55% son las rentas medias, es decir, el común de los españoles. Los que cobran entre 20.000 y 35.000 euros. La subida salarial representa casi 300€ más al año. Parece poco, pero piensen lo que podrían hacer con ese dinero.
Sé que estoy dándoles muchos datos, pero son necesarios para entender la situación actual. No se puede explicar cómo hemos llegado hasta aquí sin tener toda la información.
Desde el 2008 la economía española ha vivido una época de incrementos de la regulación y de los impuestos, lo que ha llevado a la destrucción de la economía productiva. A que se marchen empresas y las que se quedan cada vez pagan menos a los trabajadores. Como las empresas están desapareciendo, el Estado, con Rajoy y con Sánchez, ha puesto su mirada en los bolsillos del ciudadano.
El resultado es lo que han visto. Nuestra renta es cada vez menor, pero los impuestos que pagamos son cada vez más.
Sé que Robin Hood es una leyenda, pero ojalá nos ayudara. Sólo podemos ayudarnos nosotros mismos, pero estamos más preocupados en dónde nos iremos este verano de vacaciones.