pardina

En dirección contraria

03 de Septiembre de 2025
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De vuelta a casa, cuando me incorporo a mis tareas de jubilado, el 1 de septiembre siempre me provoca unas sensaciones encontradas, máxime en esta ocasión después de conocer los acontecimientos vividos en las últimas semanas. Y mientras paseo por el Coso y observo a multitud de abuelos con sus nietos (esa maldita conciliación que parece imposible aquí a pesar de los últimos grandes avances), me rebrota en el cerebro esa cita atribuida al prominente pastor alemán Martin Niemöller y que cuenta con múltiples padrinos y versiones muy adecuadas a nuestros tiempos. “Primero vinieron por los socialistas, y guardé silencio porque no era socialista. Luego vinieron por los sindicalistas, y no hablé porque no era sindicalista. Luego vinieron por los judíos, y no dije nada porque no era judío. Luego vinieron por mí, y para entonces ya no quedaba nadie que hablara en mi nombre”.

Este pesimismo propio ante la pasividad, que en mi opinión parecía tener adormecida la sensibilización de nuestra ciudad, ha visto surgir en los últimos meses algunos brotes verdes con acciones y protestas contra acontecimientos mundiales y levantando la voz contra decisiones más cercanas que nos atañen a todos. Siguen siendo pocos los que formamos parte de esos grupos pero me ha gustado llevarle la contraria a mi director (esos puños, Javier) cuando afirma “que pretender ser la voz de toda una ciudad es una falsedad”; de ahí que piense que se necesitan más voluntades y que todos somos muy necesarios para “que hablen en mi nombre” ante la inquietante deriva que está tomando nuestro ayuntamiento, el que debería ser de todos y no sólo de un partido como evidencia con algunas actuaciones.

La primera preocupación del grupo de gobierno nada más tomar posesión fue intentar desalojar por el trámite de urgencia al Círculo Republicano ‘Manolín Abad’ de sus ‘raíces’, ante lo que la asociación consideró que “conculcaba el derecho de libertad de expresión” del Círculo, aunque luego los munícipes recularon.

El siguiente paso fue borrar el banco pintado con los colores de la bandera arcoíris, más tarde se negaron a colgar la bandera del colectivo LGTBIQ+ como siempre se hacía en el Casino y a repintar los bancos, pero ante la respuesta de la Subdelegación del Gobierno que la colocó en su balcón principal, el concejo rectificó y colocó la suya en el edificio de la antigua Audiencia Provincial.

Más recientemente se aprobó la supresión de los minutos de silencio en los plenos municipales por las víctimas de la violencia machista y todos los años aplaudo la celebración de los varios homenajes a las víctimas del terrorismo. Es un acto de justicia aunque no pueda reparar el daño causado, pero también lo es el minuto de silencio. Nada, repito, nada más lejos de mi intención que entrar en comparaciones (nunca más odiosas), pero las muertas por asesinatos machistas ascienden a 1.315 personas desde 2003 y las de la criminal y execrable banda terrorista vasca acumularon 853 víctimas mortales y miles de heridos, secuestrados y extorsionados.

El último sobresalto se ha producido a costa del mantra de los alcaldes populares contra los arbolados de sus respectivas ciudades –no sé qué les habrán hecho- en pos de un mal entendido progreso cuando se trata de un arboricidio para favorecer millonarios ‘pelotazos’ urbanísticos. Mientras en otros países se quita cemento y se plantan árboles (les recomiendo el ejemplo de París y su alcaldesa, la gaditana Ana María Hidalgo Aleu), aquí vamos en dirección contraria y sin frenos.

En mi columna ‘Verde que te quiero verde’ ya apunté esta inercia anti cambio climático cuando el pleno no aprobó una inversión en los colegios para adaptarlos a los rigores del calor veraniego, pero agradezco que el ayuntamiento se haya puesto manos a la obra para adecentar la Vía Verde, aunque con retraso porque eso se debería haber hecho antes de comenzar el verano. Más vale tarde que nunca y esperemos que también se recapacite sobre la tala de los árboles del solar de las Harineras (es un proyecto postergado desde hace una década y con varios padrinos/partidos políticos), porque cuando los 420 árboles que se van a plantar den la misma sombra que los que han sido talados, yo y muchos de los ciudadanos estaremos a la sombra de los cipreses.

Por no hablar del embudo de tráfico que se puede montar al quedar el solar ‘aislado’ del resto de la zona de Los Olivos por las vías del tren. A lo que se ha unido la reciente protesta vecinal por las nuevas plazas de zona azul en los juzgados y el centro de salud. Eso no es trabajar por la movilidad (el bus urbano es una entelequia que ya comenté en otra columna) y la sostenibilidad de una ciudad en la que los árboles y bancos públicos arrancados en la calle San Jorge (acera junto a la nueva residencia), no han vuelto a ser repuestos.

La ‘rebelión’ ciudadana (no estaba en Huesca pero me sentí bien representado) acabó con una detenida y una desmedida respuesta policial que también afectó después a dos compañeras periodistas que simplemente cumplían con su deber (un fuerte abrazo y solidaridad). Una manifestante acabó pasando la noche en comisaría mientras otros desmanes de grupos ultras con agresiones incluidas se saldan con una palmadita en la espalda.

Una respuesta que eché en falta cuando mi comunidad denunció que unos gamberros (todos paisanos) se colaron en mi edificio dando golpes a puertas y mobiliario. La rápida presencia de cuatro agentes evitó males mayores, pero después le faltó tiempo a la responsable de la Policía para llamar a este diario que publicó la noticia para decir que allí “no tenían constancia de los hechos” y que otra vez se informaran en buenas fuentes.

Debe ser la táctica de que lo que no se ve no existe para la estadística, porque los policías les tomaron los datos a los energúmenos, pero luego los soltaron a la vuelta de la esquina. Si no consta luego se puede presumir que la delincuencia se reduce.

Siempre se ha dicho que en este país le das una gorra a alguien y se cree capitán general, pero José Saramago lo resume mejor: “Nadie que disponga de fuerza deja de ceder un día a la tentación o la necesidad o al placer de usarla”.

P.D.

Al hilo de lo sucedido en las fiestas de San Lorenzo que comenzaron con retraso por culpa de un acto reprobable totalmente. Los insultos que recibió el presidente de la nación merecían otra respuesta, sobre todo porque la alcaldesa de todos los ciudadanos denunció en su día “una agresión machista” (para mí intolerable) con insultos por parte de varios integrantes de una de las peñas de la ciudad. Se empieza porque unas cosas hacen gracia y otras se condenan y se acaba ‘asaltando’ las sedes de los partidos políticos (de todos los colores y totalmente repugnante).

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