Miguel Angel Lordán

El ERTE de Santa Bárbara

24 de Agosto de 2022
Guardar

Solo cuando truena nos acordamos de Santa Bárbara, y llover lo que se dice llover, con truenos o sin ellos ya hace días que no llueve.

AEMET, que no es santo, pero que también tiene muchos fieles, nos dice que desde abril apenas hemos tenido lluvias en Aragón. Mayo con temperaturas extremadamente cálidas y muy seco; junio muy cálido y muy seco; julio muy cálido y húmedo -por las lluvias puntuales en Daroca, Híjar y Fraga- Y a pocos días de terminar agosto, la tendencia parece que seguirá en la línea del muy cálido y muy seco con respecto a los valores promedio de la serie de referencia (1981 – 2010).

Si la experiencia es un grado, en lo que respecta a cambio climático, él va sumando grados, pero nosotros, da la impresión de que no andamos lo suficientemente preparados para capear el temporal. Comenzamos el año con heladas que nos dejaron sin fruta, fuimos gastando el agua en el cereal de invierno, el pedrisco termino de aclarar la fruta que quedaba, hemos hecho lo que se ha podido con el cereal de verano y las segundas cosechas -ojo que algunas mazorcas de maíz no son lo que parecen-, en cuestión de almendras en España bajaremos la producción al 50 por ciento, la vendimia se ha adelantado dos semanas con un grano menos lleno y que bajará el rendimiento, y con la oliva ya veremos qué pasa. Si a todo esto sumamos los desastres ecológicos y rurales provocados por los incendios de este verano, podemos concluir que el clima nos ha ganado la partida.

Las reservas hídricas de la cuenca del Ebro también están para echar una novena: Yesa al 25 por ciento, La Sotonera al 59 por ciento, Mediano al 13 por ciento, El Grado al 67 por ciento, en Huesca capital justitos y en Agüero ya no tienen ni agua bendita en la pila de la iglesia de El Salvador.

¿Nos colgamos el cartel de oportunistas o el de más vale prevenir que curar? Porque si realmente lo del cambio climático ha venido para quedarse, quizá haya que pensar en políticas de regulación de agua y mejorar aún más la eficiencia de nuestros regadíos acometiendo a las concentraciones parcelarias y transformaciones que quedan pendientes.

Hasta el 4 de diciembre no toca la novena de Santa Bárbara, pero todo apunta a que este año irá justa de salmos y plegarias. Aun así, un par de líneas para recordar que fue decapitada por su propio padre por querer convertirse al cristianismo, y que luego un rayo mató a su padre.

Si solo nos acordamos cuando truena y no cuando se nubla, al final llueve barro y así difícilmente haremos pared.

Archivado en

Suscríbete a Diario de Huesca
Suscríbete a Diario de Huesca
Apoya el periodismo independiente de tu provincia, suscríbete al Club del amigo militante