El lunes 18 de agosto ha sido el día de la liberación fiscal en España. Esto quiere decir que, de media, todo lo que los españoles han ganado con su trabajo desde el 1 de enero hasta el día mencionado, ha ido a parar a las arcas del Estado (tanto nacional, como regional y municipal). Ahora, con lo que queda de año, sólo 135 días, los españoles deben sobrevivir. Miren cuánta desproporción, el español medio trabaja 230 días para el estado y sólo 135 para él. Esto no hay sociedad sana que lo soporte.
Aunque lo más sangrante de esta noticia es que, en el 2017, el año antes de la llega al poder de Pedro Sánchez, el día de la liberación fiscal fue el 28 DE JUNIO. En otras palabras, desde que tenemos a este gobierno en el poder trabajamos 51 días más para el Estado. Aunque también ha habido subidas impositivas por parte de las Comunidades Autónomas, la mayor parte del incremento de cincuenta y un días es debido al Gobierno Central, que ha incrementado o creado más de cien figuras impositivas.
El dato no deja lugar a dudas, este gobierno sangra al contribuyente y ¿para qué? No es sólo que no tengamos más servicios públicos o mayor protección social, es que cualquier estadística significativa es negativa en estos siete años en los que Pedro Sánchez ha presidido España.
Empecemos por lo que preocupaba a numerosos periodistas y opinadores contrarios a Mariano Rajoy: la pobreza infantil y la pobreza energética. Cuando gobernaba el Partido Popular se hacían reportajes y monográficos exclusivamente de estos dos temas. En el 2017 España tenía unos datos no muy buenos, pero podíamos decir que nos encontrábamos en el entorno de la media de la Unión Europea, a día de hoy no. En el 2024 España es el país de la zona euro con mayor riesgo de pobreza infantil, sólo superado por Bulgaria y Rumanía. En el caso de la pobreza energética, el dato es revelador; en el 2024 hay el doble de población que en el 2017 que no puede permitirse acceder a servicios energéticos básicos como son calefacción, iluminación, agua caliente o aire acondicionado. Por cierto, este problema afecta principalmente a familias y a personas mayores, mayoritariamente viudas. A su vez, el precio del kilovoltio se ha duplicado debido a la política energética suicida de anunciar el cierre de las centrales nucleares.
Este gobierno tiene como seña de identidad el Ministerio de Igualdad, donde se han presupuestado más de 1.000 millones de euros en estos años y el resultado es que España desciende en todos los ránquines sobre políticas de género o, dicho de otra manera, ser mujer era mejor en la España del 2017 que en la del 2025.
De todos los países grandes de la Unión Europea (Francia, Alemania, Italia y España), el nuestro es el que peor crecimiento del PIB per cápita real ha tenido. El ritmo de enriquecimiento de nuestros vecinos es superior al nuestro. Y Portugal, con un gobierno socialista, ha crecido mucho más de lo que lo hemos hecho nosotros.
He querido poner ejemplos sólo económicos, aunque las estadísticas de delincuencia, el índice de criminalidad, el tiempo de espera de la justicia o la política migratoria arrojan unos datos que también son negativos, dejando claro una conclusión: Pedro Sánchez está dejando un país peor que el que encontró.
Si trabajamos 51 días más por peores servicios públicos, no hay que celebrar el día de la liberación fiscal, hay que asumir que somos esclavos de este gobierno.