Una acera arreglada por aquí, un camino, una pista de padel… son días de fotos, de promesas e inauguraciones. A todos los partidos nos toca cierta hiperactividad para trasladar nuestras propuestas o mostrar el trabajo realizado durante años para que las personas puedan tener mayor criterio a la hora de elegir opción política. Pero hay un aspecto de todo este ritual electoral que me maravilla y en el que me gustaría detenerme un momento en esta tribuna: El empeño que tienen aquellos que, aunque gobernando durante años, tienen por mostrarnos todos sus “no logros”, todas las cosas que se han quedado sin hacer, pero que prometen hacer si vuelven a ganar. Es como el fantasma de las navidades pasadas, pero en versión electoral.
En el cuento de Dickens al amargado señor Scrooge se le aparecen tres fantasmas que le hacen cambiar su forma de pensar. Consiguen que se arrepienta de lo hecho para pasar a ser una persona feliz. En versión electoral, el votante hace de señor Scrooge y se pretende que con la aparición de diferentes fantasmas electorales, deje su crítica a la parálisis de Huesca, se arrepienta y vuelva a depositar su voto y confianza en los que han hecho de que no pase nada (bueno sí, un desfile militar) su proyecto de ciudad.
Hablemos del primero de esos espíritus, el de las viviendas públicas, este espíritu ha estado presente en dos citas electorales para que olvidemos que en todos estos años, ni se ha adquirido ni se ha construido una sola vivienda pública en Huesca. Olvidemos que ya en el 2016 se iban a construir las viviendas del Solar de la Merced, que iban a estar construidas en 2018, después en 2021 y que no ha sido hasta el 2023 (nada menos que 7 años de fotos de autoridades en ese solar) cuando se han empezado a construir 27 viviendas, (balance de menos de 4 viviendas por año de anuncio). Olvidemos también que de 900 viviendas en Aragón para alquiler asequible con fondos de recuperación, ninguna será en Huesca porque ni siquiera se han pedido. Con estos mimbres no han faltado nuevas fotos y nuevas promesas de próximas viviendas públicas, pero en lo que a promesa electoral se refiere, el significado de “proximidad” se convierte en muy relativo y a las pruebas me remito.
Entre las promesas incumplidas , entre los fantasmas de las elecciones pasadas, hay un ejemplo que me entusiasma especialmente: El Círculo Católico para “mostrar al público cómo era la vida en la Huesca romana”. Ni los oscenses ni los que nos visitan pueden acceder a esas ruinas romanas. Solo puedes acceder si eres alcalde, concejal, presidente o consejero, a hacerte una foto como si un plató fuera, elecciones tras elecciones y así durante 16 años, pues lleva en escena desde 2007. El empeño en mostrarnos lo no logrado sigue vivo una vez más y en esta precampaña no han faltado las nuevas promesas acompañadas de sus respectivas fotos en el mismo plató.
El tercer fantasma que nombraré, que nos ha visitado estas elecciones, y el más longevo, es el del centro de Salud del Perpetuo Socorro. El compromiso de construcción del Centro de Salud llegó en 2002 y aún no nos ha abandonado. 21 años nada más y nada menos y aún hay políticos en ejercicio de gobierno que se sorprenden cuando vecinos y profesionales se siguen reuniendo cada viernes a recordar su necesidad y poner en evidencia décadas de promesas incumplidas.
En teoría, ningún gobierno se puede sustentar solo con anuncios, ya que su crédito político se agotará, pero la política del anuncio vacío, apenas ha pasado factura electoral, hasta ahora. La sensación de la ciudadanía de no encontrar respuestas en la política ha ido creciendo al igual que la desconfianza y eso es un gran problema para la democracia.
Estoy convencida de que esta forma de postureo político, de fantasmas de elecciones pasadas, de las fotos de autoridades con poder para gestionar, pero que han hecho de la parálisis su proyecto de ciudad, está agotándose, y las alternativas capaces de avanzar nos abrimos paso con rigor, honestidad y propuesta.