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Felicidad y economía

Bancario jubilado
14 de Enero de 2023
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Acabamos de pasar unas fiestas donde uno de los principales deseos que nos transmitimos es el deseo de felicidad entre nuestros familiares, amigos, conocidos y compañeros.

¿Definición de felicidad? Desde el punto de vista económico, me parece acertada esta: Analizar la evaluación de la vida en su conjunto (satisfacción vital) y las emociones que surgen en el día a día (bienestar emocional). En consecuencia, el objetivo de las políticas económicas debería ser el de procurar, favorecer y a ser posible obtener el bienestar y la felicidad de los ciudadanos. Este objetivo debería ser el centro de cualquier análisis y por supuesto de cualquier medida de las Administraciones. ¿Parámetros o Indicadores, que deberían contemplarse? El que cada uno de ustedes considere. 

¿El dinero da la felicidad? Son muchas las frases a las que podemos aludir. "El dinero no da la felicidad…del que no lo tiene". "El dinero no da la felicidad, pero calma los nervios". "El dinero no da la felicidad, pero su falta produce infelicidad". Y así, seguro conocen muchas más. Y una buena pregunta ¿Cuánto dinero necesitamos para ser felices? Encontraríamos tantas respuestas como personas se hagan la pregunta

Comparto el planteamiento del experto financiero Luis Ignacio Fernández Irigoyen, compañero del Grupo de Facebook "Amigos de Luis Ferruz", y que en un programa de Aragón TV expuso su criterio de la importancia de unir dinero y felicidad a objetivos financieros. Que la capacidad de generar recursos económicos para lograr objetivos previos, tales cómo la compra de coche, estudios de hijos, entrada para adquisición vivienda, jubilación…es lo que nos producirá felicidad económica.

Cambiando de tercio, el país que lleva la fama de ser el más feliz del mundo es Bután. El pequeño reino asiático en 1972 cambió el concepto y paradigma PIB (el universalmente utilizado producto interior bruto) por F.I.B. (felicidad interior bruta). Como estado, se propuso un reto novedoso (y sorprendente), proponiendo su rey una forma de pensamiento distinto.

Creando y utilizando como medida de la fuente de riqueza del país el indicador de felicidad de sus habitantes, abandonando el aspecto cuantitativo, adaptando un modelo cualitativo, calificando su felicidad y bienestar. Valoraban 180 puntos sobre 9 aspectos, principalmente cultura, salud y educación. Posteriormente observaron que la muestra era incompleta e integraron el aspecto económico. Nuestra nación ocupaba el puesto 23 de esta clasificación de países "felices". Dudo de que Bután siga ocupando el primer puesto y España el 23.

Conocen mi interés por el mundo de la empresa. E incluso en alguna ocasión he manifestado mi opinión de la conveniencia de crear en determinadas empresas el Departamento de Felicidad. Empleados felices hacen mejor a las empresas. ¿Alguien duda de que la felicidad incrementa la competitividad de las empresas?

Recientemente se ha presentado en diversas ciudades, y más en concreto en Zaragoza, el Festival Mundial de la Felicidad. Contó con la presencia de representantes del gobierno de Aragón y de directivos del sector empresarial. Este festival, es reconocido como el foro más importante del mundo, con expertos en bienestar y felicidad, líderes de opinión y agentes de cambio (me encanta este oficio).

El 20 de marzo es el día declarado en el 2012 por la ONU, como el Día Internacional de la Felicidad. En nuestra Comunidad, están programados para esa fecha diversas actividades y eventos para celebrarlo, organizado por la Fundación Mundial de la Felicidad. Con temáticas relacionadas con el bienestar en el trabajo, con las nuevas tecnologías del bienestar, con la educación y el desarrollo personal, con el impacto social, con la salud mental, la música, el arte, la cultura, la gastronomía, con el mindfulness e incluso con las políticas públicas.

La Fundación World Happiness o Fundación Mundial de la Felicidad, creadora de toda esta parafernalia, es una organización internacional (sin ánimo de lucro y desconozco su fuente de recursos), tiene su sede en Miami y delegación en España. Sus objetivos son promover un mundo donde las personas seamos más felices. ¡Uuufff…cuanto trabajo!

¿La felicidad y la economía, binomio inseparable? Posiblemente el dinero no hace, no da la felicidad. Pero demostrado es, que las crisis económicas y los fracasos generan muchas faltas de felicidad. Comparto el concepto, que ser rico o ser pobre es una circunstancia, un hábito y un estilo de vida. Es la mente la te hace feliz o infeliz, el dinero es un amplificador que actúa aumentando lo que somos.

Como el concepto felicidad es muy relativo, y no quiero compararme con nadie, si no alcanzo la felicidad con el dinero, me conformaría con poder mantener el estado del bienestar. Y termino con una recomendación para todos aquellos, que, como mi amigo Javier García Antón no son precisamente amigos de los anglicismos, vayan familiarizándose con el nuevo concepto y definición de la felicidad… "happytalismo".

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