Silvia Mellado, de Verdes Equo

Las fiestas: muchas ganas y poca novedad

Docente y política
16 de Agosto de 2022
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Finalizadas estas fiestas de San Lorenzo tan especiales para todas las personas que aquí vivimos, tras mil días de espera y demasiados acontecimientos tristes detrás, toca hacer balance . Creo que pasarán a la historia por las ganas que había de celebrar San Lorenzo, su fiesta, sus tradiciones,  los encuentros con personas queridas en una atmósfera de emoción y alegría, que ya tocaba.

En mi opinión, a pesar del éxito en los actos, hay algunos aspectos que merecen revisión y avances.

La programación es una amalgama de actos sin novedad, los mismos desde hace más de un lustro. Que nadie interprete esta afirmación como que los actos no funcionan, que sí lo hacen, pero que un oscense pueda cerrar mañana mismo el programa de actos de 2023 al 95%  de unas fiestas de supuesto Interés Turístico Nacional da que pensar.

Creo que hay que ser ambiciosos y trabajar en un conjunto  de actividades coherentes  que puedan tener interés más allá de las fronteras de Aragón. Eso pasa por mejorar, y mucho, la programación previa a San Lorenzo. Julio ha sido un mes muy flojo en lo cultural, sobrepasado ampliamente por localidades como Ayerbe o Barbastro. Teniendo en cuenta que las plazas hoteleras están prácticamente completas en San Lorenzo, quizá la apuesta más novedosa puede hacerse en el ámbito pre-laurentino.

Otro tema, que es delicado pero que  creo hay que  poner encima de la mesa, es el papel que deben y quieren desempeñar las Peñas, como principal e imprescindible catalizador de la parte más lúdica de la fiesta.  Septiembre, en frío, puede ser un buen momento para promover la participación de estas y la colaboración con el Ayuntamiento,   y definir hacia dónde avanzar. Ahorrarse los ultimatums y nervios prelaurentinos con este tema es también importante.

Sobre las posibilidades de participación en la fiesta  y en la línea apuntada antes para avanzar en  un modelo festivo de futuro, creo que los y las jóvenes menores merecen más cuidado y atención en la programación que un DJ en la plaza de Navarra. Para ello es imprescindible que  sean protagonistas partícipes de lo que se programa. 

Uno de los puntos fuertes de Huesca es la limpieza viaria y en San Lorenzo con toda la dificultad que implica, es de quitarse el sombrero. Los accesos a la plaza y la iglesia de San Lorenzo por la calle San Lorenzo, tanto el día 9 para las Completas como el 10 para los Danzantes, son imposibles. Habría que limitar el horario de DJs en estas zonas para que exista un margen para la limpieza de esta emblemática calle en las fiestas oscenses  antes de estos actos.

Con respecto a las zonas de ocio nocturno, creo que sería conveniente pedir mayor implicación en la reducción de residuos, con formato de vasos reutilizables como en los festivales de música. El Ayuntamiento está utilizando este sistema pero creo que reducir la generación de residuos ha de ser un objetivo compartido, también por el ocio nocturno para que realmente sea eficaz.

Siguiendo con cuestiones ambientales,  en estos momentos  sería más eficiente reducir luces decorativas, por ejemplo en  zonas como los Porches de Galicia y poner toldos para sombra y así aguantar mejor la fiesta de día, de paso ahorrar en la factura de la luz y contribuir a unas cuantas emisiones menos.

Finalizo con el tema taurino. Soy coportavoz del partido Verdes Equo y por tanto es conocida  mi opinión sobre los toros. Creo que los latazos, peleas y vandalismo en la plaza son una buena muestra de decadencia de este tipo de espectáculos donde lo que menos importa es lo que sucede en el ruedo. Pero quienes defienden lo taurino como parte de esta fiesta, como es el caso del actual gobierno municipal, al menos deberían ser conscientes de su responsabilidad sobre cómo se accede a la Plaza con todo tipo de elementos: cuchillos, paelleras, botellas de cristal, latas, etc. El Ayuntamiento admite que todo vale y en esta instalación municipal, la plaza de toros, no hay normas. Este año creo que ha quedado claro que convendría limitar los elementos con los que se accede a la plaza para evitar disgustos mayores.

Las fiestas son un momento de cohesión, de identidad y alegría compartida y este año también lo han sido. Si queremos caminar hacia unas fiestas más integradoras, interesantes y sostenibles, empecemos a trabajar ya para que brillen todavía más las del 2023.

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