¿Quién sucedería al papa Francisco? Quinielas no faltaban y tradiciones centenarias tampoco. Pero, ¿se imaginan la versión premium del cónclave al más puro estilo de “Traitors”, el nuevo concurso-rol de Antena 3 en el que el ganador se lleva las monedas de plata?
El Vaticano manda señales de humo, pero lo que pasa dentro de la Capilla Sixtina dicen que es como lo del Congreso de los Diputados, pero sin cámaras. El cristiano de a pie, es decir, el cristiano básico, el que no tiene el canal Espíritu Premium se tiene que conformar con esperar a la fumata blanca y el anuncio del “habemus papam” sin posibilidad de que un verificador internacional revise las actas electorales.
¿Se imaginan que Puigdemont se hubiese colado en el cónclave? ¡Anda que no les iba a salir caro su apoyo! Primero pediría que el mismísimo Jesucristo le concediese el perdón (amnistía incluida), luego que el catalán se convirtiese en la lengua oficial y sustituyese al latín y no tardaría en proclamar que San Pedro era de la Barceloneta y Dios tenía carnet el del Barça.
Pero mejor dejar aparte la ficción y disfrutar del espectáculo religioso más antiguo del mundo, el analógico más arcaico, al que le sobran los kits de supervivencia, porque con un poco de humo son capaces de llegar al otro extremo de la Tierra, como antaño. Y si les llega el cero eléctrico tampoco tienen problema, con un poco de humo basta.
Y es que a esta función tampoco ha faltado ni la IA, con el papa arancelario, el mismísimo Donald Trump, que se puso la mitra papal en su red de pescador mientras su IH (inteligencia humana) sigue repartiéndose el mundo de las tierras raras.
Y mientras tanto, en el infierno de Vladímir Putin y el ángel exterminador Benjamín Netanyahu, cada uno a lo suyo.
Pues eso, quedaba ver si la fumata premium llegaba pronto y subía un poco más alto que las estelas de condensación de los aviones de Air Europa y recuperábamos el mundo del hermanísimo y el juicio final.