Pedro Camarero

Una historia de éxito y una de fracaso

Bancario, marketing
26 de Marzo de 2023
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Mientras el aeropuerto de Teruel, propiedad de la DGA, avanza exitosamente en su desarrollo, con una importante cifra de empleo y con distintas actividades empresariales que le permiten seguir creciendo, el aeropuerto de Huesca languidece, abandonado, sin actividad alguna, pese a estar catalogado como uno de los mejores para la formación aeronáutica del sur de Europa.

Las inversiones del Gobierno de Aragón en Teruel han permitido crear un espacio de actividad profesional de primer orden, con empleo cualificado bien remunerado y con expectativas de incremento de proyectos de tecnología puntera.

En el de Huesca no se puede invertir, en palabras del Consejero Soro, porque es de AENA. Cierto, se invirtieron más de 60 millones de euros en su construcción/adecuación, (antes escuela de vuelo sin motor y pilotos de avionetas) y cada año soporta un gasto fijo que no baja, al parecer,  de 2,5 millones de euros. Un gasto sin ningún tipo de aprovechamiento. Despilfarrado.

Pero, como es de AENA, en Aragón no hacemos nada para darle vida.

Los expertos lo califican como una ubicación e instalaciones excepcionales para la formación de pilotos.

La inversión es mínima, en adecuación y actualización de instalaciones y en la creación de un consorcio público privado para crear el Campus Universitario Internacional Aeronáutico que HUESCA SUENA presentó ya hace más de tres años.

Nada que ver con los cientos de millones de euros invertidos en Motorland, con una factura anual para el G.A. de varios millones por pérdidas, ni las decenas de millones invertidas en Teruel, esas con buen criterio y resultados, seguramente gracias a tener una dirección profesional adecuada.

En el aeropuerto de Huesca instalar un campus aeronáutico sería factible con muy escasa inversión, que no subvención. El estudio financiero y de viabilidad encargado por el IAF arrojaba un resultado neto positivo en 10 años superior a los ocho millones de euros, además de una importante capitalización en reservas.
Se presentó el proyecto a la Universidad San Jorge, que mostró su máximo interés, porque en él se contemplaba, además de la formación de pilotos, el impartir distintos masters relacionados con la actividad aeronáutica y un ciclo superior de FP para mecánicos.

No hablamos por tanto de una inversión a fondo perdido, de una subvención, como tantas otras que podemos ver sin retorno social apenas. Estamos ante el reto de dar vida a una instalación que reúne todas las condiciones para convertirse en un centro de formación especializado que dotara a Huesca de una actividad importante.
Es difícil de entender tanto abandono y tanto desinterés. La inversión pública, sea de AENA o del Gobierno de Aragón, tiene su origen en los impuestos que pagamos todos los españoles, los de Huesca también.

Ahora el presidente Lambán anuncia un proyecto de formación en el aeropuerto de Teruel: "También para complementar la oferta de formación profesional, está prácticamente  decidida la implantación de un grado universitario de aeronáutica impartido e impulsado por la Universidad de Zaragoza y la Uned, en un módulo “novedoso”, que se dará a conocer en breve, según Lambán, quien sostiene que, en el creciente interés que despierta este aeropuerto, en pocas fechas podrá anunciarse nuevas inversiones".

¿Qué explicación hay en el abandono del Gobierno de Aragón a Huesca? No sirve la excusa de las desavenencias entre el presidente Lambán y el PSOE de la Diputación Provincial de Huesca. No sería justo que eso fuera el origen, o uno de ellos, de la desatención en inversiones públicas de desarrollo para la segunda capital de Aragón.

Abandonar una instalación con un coste inicial tan importante, desaprovechar su existencia y cerrar la opción de convertir al aeropuerto de Huesca en un centro de formación único en Aragón y perfectamente competitivo, en un sector que necesita miles de pilotos en los próximos años, y otros tantos mecánicos, que también contemplaba el proyecto, es de una desidia política inaceptable.

Solo en su día el vicepresidente Aliaga puso interés movilizando al IAF para el estudio, que resultó claramente positivo, y el alcalde de Huesca intentando negociar con AENA para una segunda oportunidad de iniciar una escuela, han tenido al menos un cierto interés. El resto, vergonzosamente ausentes.

Una oportunidad para Huesca que se pierde, una vez más.

Ahora en los programas electorales deberíamos ver si alguno presenta soluciones para el aeropuerto de Huesca.

Es el momento.

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