Hace algunos años estuve cenando con una familia amiga. Aquella noche la hija, con su esposo, entregó a sus padres una caja envuelta en papel de regalo. Todos estábamos expectantes… queríamos saber qué había dentro. Los padres abrieron el regalo y descubrieron un par de calcetines pequeños, sin percatarse lo que aquello significaba. Pero unos segundos después, cayeron en la cuenta, y emocionados, lloraban, gritaban, reían, celebraban, se abrazaban… todo era alegría y júbilo por el nuevo integrante de la familia. Recuerdo que cuando nació aquel niño, no paraba de celebrarse su llegada a sus vidas.
El anuncio de la llegada del Salvador fue diferente. Muy pocos se alegraron de su venida: José, que inmediatamente después de que el Ángel le revelara en sueños que se trataba de Hijo de Dios, acogió a María en su casa y cuidó del niño… Isabel, la prima de la Virgen, se alegró al ver que la Madre del Señor había ido a visitarle. Los pastores y los magos corrieron al encuentro con ofrendas para el Mesías…
Pero no todos celebraron su llegada… Herodes, por ejemplo, tuvo miedo y lleno de irá mandó a asesinar a todos los niños menores de dos años… José y María tuvieron que pasar por situaciones difíciles… entre ellas, la huida a Egipto…
Han pasado 2000 años de aquel acontecimiento… hoy los cristianos celebramos la venida de Jesús de otra manera… lo hacemos marcados por el encuentro, la reunión en familia, los amigos… La alegría navideña se caracteriza por los regalos a los más pequeños y muchas cosas más.
La ilusión que año tras año nos congrega debe invitarnos a reflexionar sobre la presencia de Jesús entre nosotros. Esta noche es una noche bonita. Jesús ha querido nacer de nuevo, para que sepamos acogerle en el hermano, en el que sufre, en el triste y abatido, en el que no tiene esperanza, en el que ha perdido un familiar, en el que está lejos de los suyos, en el que no tiene que comer, en el que vive la desgracia de la guerra, en el padre sufre en silencio por no tener que ofrecer nada a sus hijos…
Hoy es noche de paz… pedimos paz en medio de un mundo dividido por la guerra, la enemistad… paz para los países que sufren violencia… paz entre las familias divididas por las discordias entre hermanos… paz, paz… Hoy es noche de paz.
Hoy es noche de amor, porque ha nacido el Amor de los amores. El que es capaz de morir una y otra vez en cada Eucaristía por ti y por mí, el que no te exige nunca nada, el que es capaz de darse en oblación perpetua, el que no espera a que le devolvamos el favor que ha hecho por nosotros…
Mis deseos en esta navidad es que seamos portadores de paz y alegría, esa paz y esa alegría que trae el Salvador. Feliz Navidad.