He leído “El grito de los pobres” y me gustaría contar mi experiencia, como barbastrense y que intento vivir la devoción a la Virgen en sus diversas advocaciones, también la de Torreciudad.
No he visto nunca oposición entre la milenaria devoción vivida en la antigua ermita y la que ha ido viviendo a partir de 1975, cuando se abrió el nuevo santuario. Y me alegra mucho que venga más gente a rezar y también a disfrutar de nuestra tierra.
Pienso que la difusión de la devoción a la Virgen ha sido la conducta constante de cuantos rectores del santuario han trabajado en estos cincuenta años. Mi agradecimiento y el de muchos a san Josemaría es grande, por haber impulsado este centro de peregrinación, que es un regalo, un don a la diócesis.
He colaborado en la promoción de peregrinaciones y en la mejora de las instalaciones de la ermita. Soy testigo de gestiones para lograr el asfaltado de los accesos y de su seguridad para los visitantes. Pero lo esencial es que siempre he visto el amor a la Virgen como el gran motivo de todas las actuaciones. En la última Jornada Mariana de la Familia y el día de la Virgen en agosto pude verlo en directo, con muchos devotos (locales y nacionales, qué más da!!!!) y autoridades locales.
No comparto esa visión de ricos contra pobres. Es de un simplismo y victimismo que asustan. No. Se trata de devoción a la Virgen y de un compromiso con el territorio, que es lo que nos debería unir. Me da pena que dentro de la Iglesia nos enfrentemos. Pienso que hay que ayudar a Torreciudad para que siga sirviendo a la Iglesia en su diócesis de Barbastro-Monzón y a las comarcas vecinas.
Mi opinión es que la historia de Torreciudad debe mucho al Opus Dei y a su fundador, que ha hecho posible un relanzamiento de la devoción, lo que es evidente si vemos las fotos y crónicas de los años 50 del siglo pasado. No veo sentido oponer devotos antiguos a modernos, y me cuento entre los que compartimos algo que nos une, como es el cariño a la Virgen. Cito en este enlace el bonito testimonio de una vecina de Santalecina.
https://torreciudad.org/video-a-mi-madre-la-curo-la-virgen-de-torreciudad/
Hay que recordar que todos los pasos que se han dado desde los años 60, con el fin de llegar al actual Torreciudad, son legales y fruto de acuerdos con la diócesis. Es decir, nadie ha quitado a la Virgen. Poner frívolamente eso en duda supone una burla del Derecho y de lo vivido pacíficamente durante décadas. De hecho, no consta ninguna denuncia ante la Justicia.
No tengo nada en contra del querido obispo don Ángel y sí estoy totalmente en contra de intoxicaciones y mentiras, burlas e insidias, vertidas desde digitales que no contrastan e intoxican. Ojalá se alcance una solución, que será una gran noticia para todos.