Día tras día, se van sucediendo asesinatos masivos contra los cristianos en numerosos países. Los más recientes en países africanos, Congo, Nigeria… El pasado 25 de julio grupos vinculados al estado islámico asesinaron en el Congo a 50 cristianos e incendiaron la iglesia en que se encontraban; entre el 9 y el 16 de agosto otra cadena de ataques se saldó con, al menos, 50 asesinados; el 8 de septiembre fueron masacrados más de 70 cristianos, casi todos los que habían asistido a un funeral en la parroquia de Manguredjipa, en el Congo. El 9 de septiembre Estado Islámico decapitó al menos a cuatro personas en Mozambique (país en el que Save the Children ya ha denunciado en varias ocasiones decapitaciones de niños por este grupo). El pasado mes de junio, Nigeria sufrió la matanza de más de 200 cristianos por grupos extremistas, un horror desapercibido por la prensa española. Grupos yihadistas han asesinado impunemente en Nigeria en dos décadas más de 35.000 cristianos y originado cientos de miles de desplazados (sorprendentemente el crecimiento de la iglesia en este país sigue siendo astronómico). Modus operandi: familias enteras degolladas; poblaciones, hogares e iglesias quemados; niños y mujeres violados, abusados, secuestrados.
Y mientras tanto occidente guarda silencio. Pocos medios de comunicación, instituciones o representantes públicos condenan semejante persecución. ¿Será odio a la fe?; y si no, indiferencia, y, siempre, hipocresía, entre tantos que se rasgan las vestiduras hablando de derechos humanos y libertad.
Según numerosos estudios que monitorean la libertad religiosa en el mundo, el cristianismo es hoy la religión más acosada del planeta. El 75% de las personas perseguidas por su fe son cristianos. 380 millones de cristianos sufren hoy altos niveles de persecución y discriminación debido a su fe, de ellos más de 200 millones viven bajo persecución muy severa. Cada día un promedio mínimo de 10 cristianos muere por su fe, sin generar apenas alarma social. El año pasado se atacaron más de 7.000 iglesias (algunas de ellas también en occidente -200 en Canadá, muchas en Francia…- y fueron asesinados 4.476 cristianos. Una masacre silenciosa que no tiene portadas en los diarios ni películas en neflix.
Es un fenómeno global. Uno de cada 7 cristianos es perseguido en el planeta (uno de cada cinco en África, 2 de cada 5 en Asia, uno de cada 16 en Hispanoamérica -especialmente en Méjico, Colombia, Nicaragua, Cuba-). Los cristianos en este año pasado sufrieron persecución en 155 países; con niveles altísimos en 28. Los 13 países que lideran la persecución extrema en 2025 son Corea del norte, Somalia, Yemen, Libia, Sudán, Eritrea, Nigeria, Pakistán, Irán, Afganistán, Myanmar, Arabia Saudita e India; países de mayoría musulmana.
Cuando tantos hermanos están proclamando su fe con su propia vida, y tantos siguen firmes, y aun dado fruto en medio de este atroz abuso, el civilizado occidente debería, al menos, denunciar, y no callar y mirar hacia otro lado.