¿Pueden unos malos resultados servir para beneficiar a sus responsables? La política de vivienda en nuestro país es nefasta y ahí tienen sus resultados: déficit de viviendas, que se traducen en precios elevados, provocando un endeudamiento preocupante de las familias. Esto no es nuevo. Sin embargo, la llegada al gobierno de Pedro Sánchez y sus medidas en este campo han provocado que el problema esté peor que nunca. Los resultados son claros: los precios han crecido a un ritmo superior de lo que lo hacían tiempo atrás. El porcentaje del sueldo que tiene que destinar una familia a pagar alquiler o hipoteca no se había alcanzado ni en la burbuja inmobiliaria. La ocupación está en máximos históricos y cada vez ponen más dificultades para construir obra nueva, ahondando en el problema.
La realidad es pésima. Cualquiera con sentido común lo confirma. Y, a pesar de todo ello, Pedro Sánchez ha conseguido vender los malos resultados de sus políticas como un logro por el cual debemos estarle agradecido.
El Banco de España sacó la semana pasada un informe sobre la situación económica de nuestro país. En dicho análisis había un hecho llamativo: los españoles somos más ricos. Esta frase tiene una razón de ser económica. Debido a que la mayoría de los españoles son propietarios de una vivienda, y en su conjunto las casas se han revalorizado, se puede afirmar que los españoles son más ricos. Los propios autores del informe señalan que esto sólo es una realidad contable que no se traslada a la realidad por dos motivos:
- El activo que se ha revalorizado (la vivienda) no es un activo especulativo o, en otras palabras, no se compra para “hacer negocios” sino para vivir. Por lo que, esta realidad no afecta al día a día de la gente corriente.
- La revalorización se ha dado en todas las viviendas, por lo que, si un individuo decidiera vender su casa, el esfuerzo que tendría que hacer para comprar otra sería superior a lo que soportó cuando adquirió la primera. El incremento del valor de las viviendas provoca que en valores absolutos parezcamos más ricos que hace unos años, pero en valores relativos somos más pobres.
No hay maldad ni intencionalidad política en el informe del Banco de España. La perversión de un estudio académico se ha hecho por parte de miembros del gobierno y de sus voceros, gritando a los cuatro vientos: ¡PEDRO SÁNCHEZ NOS ENRIQUECE!
¿Sirven de algo estos mensajes? Si no sirvieran la gente no se empeñaría en repetirlos cada vez que tienen ocasión. Así que ante los voceros que propagan un dato fuera de contexto para beneficiarse políticamente y engañar a la gente, debe haber otros, en los que me incluyo, que muestren la verdad. Una verdad que no es bonita, ni agradable. Una verdad incómoda. Pero la única manera de cambiar y de hacer las cosas bien es a través de la verdad. La verdad nos hará libres (y provocará la caída de los mentirosos).