Con tanto zarandeo económico, social y ambiental más de uno se empieza a preguntar si seremos capaces de resistir la embestida de esta “nueva normalidad”.
Y es que no es para menos, el planeta se nos derrite, sin agua, rodeados de fuego por todas partes, pandemizados y con precios desorbitados en energías, alimentos y salarios. ¡Ah, no! ¿En qué estaría yo pensando? Los salarios según convenio, cómo cuando íbamos con pantalones cortos, los piratas siguen estando de moda.
Recuerden ustedes la última era Simón, cuando nos anunciaban la “nueva normalidad” en vísperas del “día de las sonrisas” para celebrar el poder quitarnos la mascarilla Capítulo I. Estábamos esperanzados, soñábamos con un mundo mejor lleno de héroes y heroínas -femenino de héroe-. ¿Tan difícil es deshacer lo mal andado a pesar de los intereses económicos que alimentan una guerra? Esto nos va a costar algo más que Eurovisión. Desaceleración, inflación, estanflación... ¿Cuándo volveremos a ver los brotes verdes?
¿Qué ocurrencias políticas hacen falta para que socialmente seamos los verdaderos humanos del planeta Tierra? ¿Seguimos apostando por lo verde, aunque sea nuclear? ¿Suspendemos definitivamente el glifosato a pesar de ser incapaces de controlar las malezas? ¿Seguimos prohibiendo la entrada del ganado en los bosques? ¿Nos anclamos a interinidades eternas en sanidad, educación y todo lo que rima con administración pública? ¿Nos colgamos medallas por no contar como parados a los fijos discontinuos cuando terminen su contrato temporal?
Rusia, y a raticos China, ya casi han conseguido implantar el comunismo global. Recortes en el gas, la luz, desabastecimiento de microchips, contendores, aceite, cereal… y ya veremos a corto que pasa con el pollo, el cerdo y la leche… Espero que no lleguen a tocarnos el oro blanco del papel higiénico. Y mientras, EEUU haciendo su agosto y el black friday con Europa.
¡A ver si todas estas plagas van a tener algo que ver con la exhumación de Franco en el Valle de los Caídos! Primero el COVID, luego el volcán, la guerra, la crisis, los incendios, la sequía…
A este paso, dentro de cuatro días ya estamos entonando otra vez el “Resistiré” de Manolo y Ramón, porque esta “nueva normalidad” cada vez se parece más a la isla de “Supervivientes”.