Los podcasts han sido uno de los grandes avances de la nueva era de la comunicación. Por supuesto que internet nos ha facilitado mucho el acceso a información ajena a los grandes medios de comunicación. También existen otras plataformas como YouTube que han contribuido a ello, pero el podcast es distinto. Puedes escuchar un podcast haciendo otras cosas. Te acompaña cuando vas a pasear, a hacer deporte, esperando en el médico, viajando o simplemente tirado en el sofá mientras descansas. Es la evolución de la radio.
Todo amante de la radio ha soñado con tener su propio programa. El podcast lo ha posibilitado. Lo mejor de todo, que el coste es mínimo. Con un micrófono medianamente bueno y un software (los hay gratuitos) se puede ser un profesional del podcast. Existen numerosas personas que con esa infraestructura se han hecho un hueco a nivel nacional y son escuchados por más gente que muchos programas de radio.
Tal es la popularidad del podcast que estamos viendo cómo cada vez más gente los consume (tanto para entretenerse como para informarse). Y, a pesar de que se están creando programas diariamente sobre cualquier cosa (música, cine, política, deporte, historia, etc...), el gobierno ha creído necesario gastar 160 millones de los fondos europeos en ayudas (en forma de préstamos con condiciones favorables) a empresas de podcast.
La situación económica española es pésima. No nos hemos repuesto de la crisis económica del COVID y desde el inicio de la Guerra de Ucrania se ha perdido muchísimo poder adquisitivo. Tenemos la mayor tasa de paro juvenil de Europa. Hemos caído más de 10 puestos en el ranking que elabora la ONU sobre el mejor país para nacer mujer; y esa caída se debe principalmente a temas económicos. Y no hablemos del sector inmobiliario que es para llorar.
¿De verdad hay que incentivar un sector en crecimiento?
Lo primero que llama la atención de la nota de prensa del Gobierno al presentar esta línea de crédito es que se hace para buscar la "Diversidad cultural y la igualdad de género".
Los podcasts son el mejor ejemplo de bien de consumo capitalista. El oyente escoge qué oír, sin injerencias ajenas más allá del gusto propio. Los podcasts se publicitan a través de Redes sociales y el boca a boca. La única manera de incrementar la diversidad cultural y la igualdad de género es que ese dinero se gaste en publicidad y marketing para llegar a mayor público ¿Vamos a usar recursos públicos en publicidad con la que tenemos encima?
Otro de los motivos es la internacionalización de los podcasts. Lo cual me parece un objetivo loable, pero ocurre lo mismo que con lo anterior ¿Cómo se consigue que fuera de España se escuchen podcasts españoles? Publicitando fuera de España. No es mala idea, pero tenemos que saber que eso significa sacar recursos monetarios de España y dárselo a otros países. Si se consiguen oyentes y con ello se recupera la inversión puede ser una buena política. Pero hasta el largo plazo (años) no lo podremos saber.
Por último ¿quiénes pueden pedir la línea de crédito? Las empresas. No las personas que tengan un podcast y quieran crecer. Sólo pueden pedirlo las empresas que produzcan podcast. ¿Y quiénes son las grandes empresas de podcast? Las radios y los medios de comunicación tradicionales. En otras palabras, este requisito está en contra del origen del podcast, pues se les da una ventaja competitiva a los grandes medios frente a los programas independientes.
No existen motivos económicos para esta ayuda. Quizás hemos de buscar la motivación en otra parte. ¿Querrá dar dinero a alguna empresa de comunicación con agujeros en sus finanzas?