Hace un par de semanas dediqué la columna a hablar de pensiones. No es un tema que me apasione. Al contrario. Esto es debido a que el sistema de pensiones en España es un timo piramidal, que, si en vez de hacerlo el Estado lo hiciera cualquier empresa, sus responsables acabarían en la cárcel y los clientes sin dinero.
Como la seguridad social es pública nadie acabará en la cárcel, pero lo que muy posiblemente ocurra es que los futuros pensionistas nos quedemos sin dinero.
Vuelvo a este tema tan manido porque al parecer los que gritamos a los cuatro vientos que este sistema nos aboca al desastre debemos ser como Casandra.
Esta semana han salido dos noticias que son un indicio de la mala salud del sistema de pensiones contributivas.
La primera es que la natalidad sigue cayendo. No es nada nuevo. Lleva cuarenta años en caída libre. Las causas de la baja natalidad son variadas y aunque muchas son culturales, otras son derivadas de las regulaciones asfixiantes y totalitarias (nacionales y autonómicas).
¿Y por qué la baja natalidad es una mala noticia para las pensiones? En la actualidad hay menos de dos trabajadores por pensionista. Eso es insostenible. Pero en los próximos 30 años la estructura de la población habrá cambiado tanto que la relación será casi un trabajador por pensionista.
La gente cree que el problema de las pensiones es del futuro, pero no, el futuro ya está aquí. El apocalipsis va a llegar dijo Fernando Arrabal en 1989. El apocalipsis ya está aquí. Y esa es la segunda noticia. En España ya es insostenible el sistema de pensiones. En todas las provincias españolas el Estado gasta más en pensiones contributivas que lo que ingresa la Seguridad Social por cotizaciones de los trabajadores. En la que menor es la diferencia es en Melilla; el déficit es el 2,4%. En la que más es en Asturias, el 185%. En Huesca el déficit supera el 60% de las cotizaciones.
¿Qué está haciendo ahora el Estado para suplir ese déficit? De momento emitir deuda pública. Traducido al común de los mortales: echar balones fuera. La deuda es un problema mayor. La deuda es ese instrumento financiero en el que debes devolver todo lo que te prestaron más intereses.
Dentro de diez años la situación será dantesca. Habrá más pensionistas, menos trabajadores y tendremos que devolver lo que nos prestaron. Algo me dice a mí que no va a ser una situación agradable para el contribuyente (sea pensionista o trabajador).
Cuando lleguemos a esa situación en diez años, el Estado sólo tendrá dos salidas. La primera es recortar las pensiones y subir las cotizaciones sociales. La segunda es introducir el gasto de las pensiones en los presupuestos públicos. Existe una tercera vía, la reforma hacia un sistema de capitalización, pero no creo que ni PP ni PSOE ni Podemos (¿o es sumar?) lo hagan.
No hace falta ser adivino para saber que los políticos del futuro decidirán recortar las pensiones. Incluir las pensiones en los presupuestos supondría recortar en cosas tan necesarias como los traductores del congreso (Un millón de euros anuales).
Así que futuro pensionista, olvídate de jubilarte a los 67.
Olvídate de tener una pensión digna.
Olvídate de ser pensionista.
Y olvídate de cabrearte con este tema, pues he visto más interés esta semana en reclamar la dimisión de Rubiales que el mostrado por el sistema de pensiones en los últimos 20 años.
Tenemos lo que nos merecemos como sociedad.