José Martín-Retortillo

Rectificar es de sabios

06 de Noviembre de 2022
Guardar

La propuesta municipal del Seminario conciliar de Huesca está muy contestada. Esto es un hecho palpable. Esta pretensión del Ayuntamiento es un error desde el inicio, y mantenerla es otro. Error es empezar en un conjunto monumental unitario por derribar y suprimir piezas del conjunto. Error es despreciar o ignorar el contenido histórico por meras razones de gusto y estética. Error es no justificar la propuesta. Error es dejar el edificio durante años sin atención, ni actuación alguna. Error es ignorar el pasado vivido de siglos, precisamente en el punto más alto de la colina oscense. Error es confiar en la Universidad de Zaragoza que ha dispuesto de dos décadas para no hacer nada, en definitiva. Es la manera equivocada de resolver las cuestiones. (Eso de que no haciendo nada uno no se equivoca, no sirve). Error es no arreglar la iglesia de Santa Cruz, la más vieja del lugar, que ahí sigue como Bien de Interés Cultural, o no hacer nada en el ángulo de las fachadas protegidas de la calle General Alsina y Plaza de la Universidad.

Error es el pertinaz mantenella y no enmendalla y no entender todavía que hay una fundada contestación, en el último monumento que queda por proteger al completo y por poner en uso, en una ciudad que tiene una larga lista de derribos y más de dos mil largos años de historia. (Los monumentos que mejor se defienden son los que están en uso).

Error es insistir en un Estudio de Detalle sin justificación de los derribos, y en una infografía fashion con una fachada acristalada que vale solo como divertimento de ejercicio teórico. Y ello frente a la buena intención política de hacer algo por una vez en el Seminario.

Error es no empezar a excavar en una Zona declarada de interés arqueológico, que siempre tocará efectuar para tener mejores elementos de juicio.

Cuando hay un error lo más adecuado suele ser rectificar, tratar de corregir el rumbo inadecuado, pues es cuando más fácil suele resultar seguir cometiendo más errores. El dicho no miente: de sabios es rectificar. Uno quiere creer que la sabiduría no debe andar muy lejos…

No se trata de personalizar, ni de hacer sangre con nada, ni de politizar la cuestión, no interesa eso, pero sí de saber que donde estuvo la Zuda, el palacio de los reyes moros, es de lo poco monumental que va restando pendiente en la ciudad. (Aparte del ámbito norte de la Catedral y el llamado Círculo católico como notable vestigio romano).

Error será demoler de principio y sin razón, ni justificación objetivamente acreditada. Por todo lo cual rectificar el cúmulo de errores será abandonar la actual propuesta municipal. Abandonar la persistente tozudez impuesta por lo que pudiera parecer miedo a la gestión de un ámbito edificado amplio y también un capricho técnico a la moda.

Abandonar un Estudio de Detalle, aún vigente, limitador y rompedor, que suprime y se carga uno de los dos patios cerrados del mayor interés, y que no concuerda con los montajes de propaganda del patio que se salva, donde se sustituye un lado por un acristalamiento, parece más que conveniente necesario.

Abandonar la pretensión propuesta como salida del entuerto y como manera de no enquistar un conflicto que puede cronificarse, y como forma de no perjudicar un monumento local histórico, en una ciudad que ha visto mucha destrucción de edificios significativos, que no hace al caso listarlos.

Parece que lo prudente principia por el suelo, por la urgencia de excavar arqueológicamente, lo que a la postre será obligatorio. Y hacerlo de forma adecuada, en todo el conjunto y simultanearlo con un concurso de ideas y de estudios previos para ir determinando con precisión los usos, destinos y necesidades de las diferentes estancias y su estado a efectos de restauración, con un diálogo en positivo de todas las voces con autoridad científica e histórica que tengan la oportunidad de ser escuchadas. He dicho, buscando una salida, diálogo, debate, escucha frente a imposición y propaganda.

Se trata de una oportunidad de pretender un gran espacio cultural en el corazón de la vieja ciudad donde no se parte precisamente de cero, si no de una realidad de gran interés, que no tiene sentido mutilar a priori, ni mantener en su actual estado presente. O, como alternativa, seguir empujando la muralla con gran esfuerzo inútil, o bien seguir dando vueltas como la burra en el trigo.

Archivado en

Suscríbete a Diario de Huesca
Suscríbete a Diario de Huesca
Apoya el periodismo independiente de tu provincia, suscríbete al Club del amigo militante