Se puede profundizar diariamente en prácticas responsables sin necesidad de sellos, de certificaciones y de proclamas. Muchas de las empresas pioneras en la Responsabilidad Social Corporativa han pasado a un segundo plano, alejándose de protagonismos, relatos y superficialidades, en Aragón y en Huesca más concretamente tenemos casos relevantes.
Adalides de la RSC y la Sostenibilidad cuando lo suyo soñaba a capricho o a chaladura, han dejado el primer plano sin necesidad, en absoluto, de renunciar a unas entrañas y una encarnadura que rezuman humanismo por todos los lados. Alejados de significación personal, discursos, relatos y vaguedades, han tomado el camino de la “Acción en RSE” sin Padrinos, sin Madrinas y sin Tutores, cuya única actividad conocida es hacer Apostolado para que realicen otros esa llamada “Acción Responsable“, “Acción Sostenible".
Estamos asistiendo en los últimos meses-años a una absoluta PASIVIDAD ante agresiones a empresas, ciudadanos por parte de “Instituciones Públicas” y “Privadas Afines”, especialmente en nuestro País, recuerdo que Aragón está en España, hacia los serios problemas que se avecinan en materia Socioeconómica, de Derechos Humanos, de Transparencia, Gobernanza e Integridad, precisamente riesgos que se pretenden minimizar desde organizaciones e Iniciativas humanas de ámbito global, procedentes de Naciones Unidas.
Observamos pasivamente cómo un fenómeno global y político divide, enfrenta y genera conflictos, en torno a unos valores que en sí mismos son Humanos y Universales, para aprovechamiento de unos e inquina de otros.
Asistimos a un uso de los Principios de Global Compact, Principios Rectores, ODS y Agenda 2030 todos ellos sin excepción, como moneda de cambio para fines personalistas con máscara y caretas de buenismo, en muchos casos con adivinaciones y profecías de catastrofismo por parte de mercenarios, en latín (Merces-edis, “pago”) como forma y manera de dirigir la nave.
Ciertamente nuestra sociedad tiene carencias, nuestro entorno natural también serias amenazas, pero la responsabilidad se representa en sí misma. Predicar con la ejemplaridad.
Creer en las iniciativas Humanas y Universales es necesario, es positivo y tienen capacidad de conseguir un entorno más equilibrado entre economía y sociedad, no se concibe la pasividad mientras se ponen en entredicho los cimientos de Principios, Valores, Agenda y Objetivos.
“Nos estamos jugando mucho y no podemos dejarlo esto al albur del discurso partidista. Sí hay que hacer mucha política, pero en el sentido positivo. Y, por su esencia, los principios y valores de la responsabilidad social han de ser “de todos y para todos”, del mayor número de empresas conscientes de que es importante preservar el planeta, las relaciones humanas y las interacciones sociales. Si no lo entendemos así, habremos retrocedido décadas en un ambiente más humano en las empresas y en las sociedades”.
Tal vez haya que ir al principio de todo: “Ponerse acuerdo... en ponerse de acuerdo”
Aviso a navegantes.