Hace unos días FUNCAS publicó un informe corroborando lo que ya sabíamos: el gobierno de Pedro Sánchez y María Jesús Montero nos está empobreciendo a pasos agigantados. Lo hace en parte gracias a su mala gestión. Y todo es debido a la inflación.
¿Qué es la inflación? La definición académica es “el incremento del nivel de precios”, pero la definición correcta es “la pérdida de poder adquisitivo”. Exactamente, desde que salimos de la crisis del COVID en el 2021 hasta nuestros días la inflación acumulada es del 17%; hablando con la cartera, ahora necesitamos 117 para comprar lo que se podía adquirir en el 2021 con 100 euros.Y este dato es una media de todos los productos de la cesta de la compra. Si nos centramos en los productos básicos, el incremento alcanza más del 19%. Volviendo al ejemplo anterior, si antes se gastaba 100€ en pan, leche, pollo, pasta y verduras (cesta básica), ahora necesita 119€.
Mientras los precios suben en parte por las políticas promovidas por el gobierno de Sánchez, el gobierno “de la gente”, los salarios sólo han subido un 2%. En otras palabras, hoy somos más pobres que en el 2021 trabajando lo mismo (quien conserve su trabajo). Sin embargo, esto sólo señala la mala gestión, no el empobrecimiento. Este se perpetra en el IRPF.
El Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas no se ha actualizado desde hace más de un lustro, y de ahí la sangría de 16.700 millones que recauda, de más, María Jesús Montero a costa de los contribuyentes. La jugada del gobierno nos afecta por tres vías:
- En el impuesto existen reducciones y deducciones, pero están fijadas en valor absoluto, como por ejemplo el mínimo personal que está en 5.500 euros desde el 2015; sin embargo, la capacidad adquisitiva de esa cantidad es igual a 6.715,50 euros del 2024. Lo mismo ocurre con todos los demás límites de las deducciones.
- La segunda vía es la tarifa del IRPF, que también está en valores absolutos, por lo que las escasas subidas salariales hacen que algún contribuyente salte de tramo, provocando que una medida empresarial para paliar la inflación sea aprovechada más por el gobierno que por el asalariado.
- Y, por último, aunque se solucionasen las dos anteriores ¿Qué estaría ocurriendo? Se estarían gravando los ingresos de los ciudadanos en términos monetarios y no reales, es decir, nos dejarían con la misma cantidad de renta, pero ese dinero tiene un menor poder adquisitivo.
Algunas comunidades gobernadas por el Partido Popular han hecho políticas para paliar esta dantesca situación, pero de manera muy tímida, por miedo a que María Jesús Montero les llame populistas. Por el contrario, Pedro Sánchez no ha hecho nada porque dice que modificar el impuesto beneficiaría a los ricos. Tiene razón, pero también beneficiaría a la clase media y a la baja. A los pensionistas, funcionarios, asalariados y autónomos. Nos beneficiaría a todos.
Según los cálculos de FUNCAS solucionar estos problemas nos beneficiaría a todos sustancialmente. Si se cobra entre doce y veintiún mil, la cuota a pagar se reduce casi 500 euros, entre veintiún mil y treinta mil, la cuantía baja más de 600 euros y si se cobra entre treinta y sesenta mil, el ahorro es de 1.000 euros. Piénsenlo a la hora de hacer la declaración y a final de mes.