Ángel Morán

Tonterías las justas

19 de Marzo de 2024
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Hace relativamente pocas fechas le comenté a Javier García Antón que estaba trabajando en un artículo para el diario. Lo prometido es deuda. El problema es que en este tiempo se han desatado varios tsunamis seguidos que me han obligado a reescribir lo casi cerrado. Intentaré refundirlo por aquello de que a la tercera va la vencida omitiendo deliberadamente los cienos insalubres que albergan relación con la pandemia. Esos sujetos me provocan vergüenza ajena.

Confieso que empecé por la afirmación de la vicepresidenta sobre el adelanto del horario de cierre en los restaurantes. A ello siguió la no menos increíble petición de su ministro de Cultura de que el IVA se reduzca más de la mitad en compra de bienes de arte sin contar con la opinión de Hacienda. Un yate tributa al 21%, pero un Picasso podría llegar a gravarse tan solo con el 10%. Igual eso es hacer política en interés del personal y atender sus problemas diarios, yo creo que no. Sumarían más si trataran de hacer cumplir la ley, si contrataran más inspectores de Trabajo que visitan las empresas para comprobar el cumplimiento de la jornada laboral y el correcto abono de los salarios conforme a Convenio. En la oferta de 2023 el ministerio de Yolanda Díaz sacó 90 plazas en turno libre y 30 de promoción interna lo que es insuficiente a todas luces. Es importante cotizar, pero también recibir la nómina conforme a las horas reales trabajadas con extras y nocturnidad cuando toca.

De otro lado existen medidas que generarían avances para los trabajadores. La urgencia en publicar en BOE las tablas salariales es una que repercute directamente en el aumento de poder adquisitivo. No hacerlo como hasta ahora representa dejar a varios millones de trabajadores esperando pacientemente a recibir lo nuestro, firmado y acordado por los agentes sociales. En mis 40 años de vida laboral creo que en una ocasión recibí la subida antes de junio. La media acumula de 10 a 14 meses de demora, pero he visto casi dos años. Hablando del M. de Trabajo, algún día escribiré sobre la presión ejercida por las mutuas. Una cosa es que hagan su labor con tino y profesionalidad para evitar fraude y otra bien distinta es que agobien de malas maneras a personas recién operadas cuando aún se encuentran ingresadas en el hospital. 

Y entro a escribir sobre las reiteradas y gravísimas faltas a la verdad que se han dicho para que nos dotemos de una ley (exprés) de Amnistía. Entre tanto ruido hemos podido leer numerosas colaboraciones que afortunadamente niegan la conveniencia y la constitucionalidad. Proceden de reconocidas personalidades del Derecho, la Universidad y el Periodismo que aportan criterios objetivos. Muchas de ellas se caracterizan por mantener posturas progresistas y por ser demócratas a carta cabal. Sostienen la indudable afirmación de que se está pagando un peaje abusivo a un personaje fugado, un excéntrico, que en junio pasado rozaba casi la irrelevancia.

El sobre-esfuerzo realizado por el Estado va a servir para que don Carles directamente, y sus amigos y amigas, queden blanqueados a pesar de haber cometido delitos de corrupción y malversación de fondos públicos. También por alentar los gravísimos sucesos ocurridos en octubre de 2019 tras la sentencia del Supremo. Tan solo en la primera semana hubo 100 detenidos y 600 heridos de los que 288 eran policías El periódico La Vanguardia (26.10.2019) lo narraba de esta manera: “En los disturbios, grupos violentos han arrojado piedras, rodamientos, ácido, cócteles molotov, pirotecniaincluso contra un helicóptero policial–, han encendido centenares de barricadas, han quemado más de mil contenedores y han causado destrozos en el mobiliario urbano, arrancando semáforos, señales de tráfico y destrozando el pavimento y cuadros eléctricos”.

Los daños de las siete noches sobrecogedoras fueron de “más de 2,5 millones de euros” … “sin contar el pavimentado de calles y las horas extras del personal” Sin ser experto, no me voy muy lejos asegurando que la factura se duplicó. El ministro del Interior añadía que “durante los disturbios de esta semana se han causado daños a 267 vehículos policiales, de los que 221 son de la Policía Nacional, 43 de los Mossos d’Esquadra y 3 de la Guàrdia Urbana.” Resulta muy conveniente recoger los testimonios del momento (de una fuente catalana) contraponiéndolos a las últimas declaraciones de Mirian Nogueras: “Esto no es un punto y final, nuestro objetivo sigue siendo la independencia” Claro que hay otro más retorcido: “Un terrorista no es quien ejerce su derecho a la manifestación" Como queda claro, la portavoz de Junts tiene amnesia parcial porque recuerda lo que quiere y se olvida de lo que le da la gana en su afán por tergiversar. Tranquila, ya no necesita aparecer televisión con el ceño histriónicamente fruncido como hizo en el primer encuentro con el presidente Sánchez.

El objetivo diario de quienes comparten el credo supremacista, es reeditarse a diario, generando el protagonismo que le brindan titulares conflictivos. Toni Comín, mano derecha del expresident, comentaba feliz que “después de 7 años nos toca volver con la cabeza bien alta”. Supongo que forma parte de lo que el poder ha dado en llamar pacificación, que no es otra cosa que sacrificar el respeto a la norma y a la máxima de que todos los ciudadanos somos iguales ante la ley como bien supremo. De hecho, ya estamos metidos en un barro considerable.

La Amnistía salió adelante con aplausos, cuatro abrazos por el logro y muchos micrófonos para pontificar con que ahora sí que comienza de veras la legislatura prometida, la de las medidas sociales que contarán con estabilidad y apoyo de los grupos políticos. El problema es que esto requiere esfuerzo para ponerse el mono de trabajo en favor del conjunto y hasta allí hemos llegado. Orden de Waterloo a los políticos catalanes para que se saquen de la chistera un enésimo numerito, en forma de elecciones anticipadas. Más madera.

La reacción oficial ha sido el punto en boca, que significa nos comemos con patatas los presupuestos expansivos de 2024 y aquí no pasa nada que diciembre está a la vuelta de la esquina. ¿De verdad que nadie en el equipo negociador del partido gobernante les planteó a sus interlocutores independentistas que a cambio debían cumplir unas exigencias? Los comicios suenan a triple salto mortal para que el Mesías siga cansinamente abriendo telediarios. Tiene al partido a sus pies, pero con la astucia que le caracteriza asevera que sólo se presentará si se lo piden. Redoble de tambores, golpe de platillos y entrada triunfal entre atronadoras ovaciones. Solo le queda hacer caja mientras sonríe viendo cómo los ministros que se dedicaron a anunciar el verdadero comienzo de la legislatura hacen el ridículo teniendo que sacar excusas vanas tales como que el trabajo servirá, los equipos estaban negociando o si quieren que les diga, yo tampoco me lo creía. En realidad, la aritmética parlamentaria es tan sumamente débil que con que sea fiesta local en Barcelona basta para que no haya sesión del Congreso en Madrid.

La renuncia expresa del gabinete a presentar presupuestos, para evitar que se los tumben y tener que ir a las segundas generales en un año, afecta a todo el país. En Aragón se paraliza la llegada de 360 millones de este año y de otros 600 que faltan de la liquidación de 2022. Imagínense el roto general del que estamos hablando por culpa de los siete votos dichosos. A estas alturas del partido ya no sé qué es preferible, si que gane Illa y sume a favor de una concordia necesaria (no sé con quién lo lograría) o que todo quede igual de complicado a como estaba, aunque hasta esto se me antoja difícil. Tiempo al tiempo.

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