José Martín-Retortillo

Visibilizar Huesca

22 de Julio de 2022
Guardar

Si se desea atraer y aumentar el turismo, o las inversiones, o la población, o la cultura, hay que dejarse ver, darse a conocer. Aumentar el nivel de influencia en el concierto nacional supone ofrecer las mejores condiciones de oferta que el territorio del Alto Aragón dispone, bien para que nos conozcan, bien con las pretensiones de que se convenzan de visitarnos, o del acierto de invertir por estos lares.

Va de suyo que Huesca pinta más bien nada, que es notoria la ignorancia de un territorio tan extenso y con tantas posibilidades, que es una gran desconocida, incluso dentro de la propia provincia, y que apenas se nos conoce si descontamos algunos sectores desde las instituciones de Zaragoza, y muy poco más. Hacia debajo de la margen derecha del Ebro casi nada.

Y es una suerte vivir aquí. Pero para ello, lo primero es la resolución de encontrar modos de vida adecuados. Los puestos de trabajo, eso que se pronuncia tan fácilmente y que es tan difícil de crear y de mantener.  Y luego viene todo lo demás, la hospitalidad, el acierto de la elección. Y eso pasa por una acción, combinada y unitaria, de aumentar las posibilidades de acogida, de inversión, de innovación, de emprendimiento. En cualquier sector, en cualquier lugar, en cualquier tamaño, la provincia no tiene otra que aumentar su presencia. Como dicen los taurinos, “dejarse ver”. Si no el toro no embiste y no hay nada que hacer.

Quiero poner un ejemplo, como detalle. Si vienes de Europa o mejor de Francia por Port Bou, en el famoso Eix catalán, hoy autovía de las tierras de Gerona hacia Lérida, llama la atención que no aparece en la carretera mención alguna de Huesca, salvo en la salida de Lérida. Esa sensación de que estamos debajo de una tapia, como le oí un día a un consejero del gobierno de Aragón, cuando le insistía no hace tanto con la autovía de Zaragoza a Huesca, parece que no se ha abandonado. Estamos al pie del muro de las Sierras, que es parque para las prohibiciones y para la inacción, y de paso, al pie, en la puerta de abajo de todo el Pirineo central, que a Francia se va solo por los extremos, y no hay que cansarse de pedir nuevos pasos (Benasque, por ejemplo) y seguir en la mejora. Pero la ausencia de mención también ocurre a quienes vengan desde Valencia, o desde Burgos y Valladolid, o desde el País vasco.

A veces hay problemas que se arreglan con una simple gestión, y esa acaba siendo la guinda del pastel. Una carta, una llamada, una visita arregla mucha ignorancia, mucha incomunicación, o supone el inicio de un programa de mejora.

Si uno no se ayuda a sí mismo, es difícil que te ayuden. O mejor dicho con la ayuda del refranero, eso de predicar con el ejemplo es muy importante. Porque hay que despertar el sentido de actividad, de empuje y hacerlo de forma cooperativa, de unión y de renovación. Anticipar las reglas de juego, las facilidades, la empatía con el turista, con el inversor, con el emprendedor. Remover obstáculos, como decía Jovellanos. Especialmente las administraciones que son una cuantas y están un tanto espesas a la hora de las decisiones y facilidades. Predicar con el ejemplo, teniendo presente aquello de que una cosa es predicar y otra dar trigo. Y otra, añado, hacer el pan todos los días. Creo que no hay que parar y recordar “lo del mazo dando” que siempre ha sido una buena devoción, que ésta, sola, sirve poco.

Contra la sensación de inexistencia, contra la falta de visibilidad, bienvenido sea este nuevo diario que nos aportará, sin duda, alegría, unión y ganas de hacer. Y nos quitará bastante del silencio que cultiva el olvido.

Archivado en

Suscríbete a Diario de Huesca
Suscríbete a Diario de Huesca
Apoya el periodismo independiente de tu provincia, suscríbete al Club del amigo militante