Cada año, Aspace Huesca nos invita a vivir una jornada excepcional: deporte, familia, gastronomía y convivencia, todo ello de forma completamente gratuita, bajo una marca de alto prestigio: La Marcha Aspace.
No piden nada a cambio, sólo ofrecen: una camiseta, un almuerzo, una comida y una actividad senderista perfectamente organizada, con todas las garantías de seguridad. Tras esa generosidad desbordante, hay cientos de horas de trabajo voluntario, de ilusión y de compromiso con la sociedad.
Hoy, es el momento de que los oscenses estemos a la altura. Porque ahora Aspace nos necesita. Van a levantar una nueva residencia de mayores en el barrio de Los Olivos, junto al Palacio de Justicia y la Iglesia de San Francisco de Asís. Un centro que no es un lujo, sino una necesidad urgente: las 25 plazas actuales ya no bastan. Conforme la esperanza de vida crece, también lo hace la demanda de familias que confían en Aspace para garantizar una vida digna a sus seres queridos.
El nuevo edificio, además, será mucho más que una residencia: será un espacio abierto, inclusivo, integrado en la ciudad, donde las personas con parálisis cerebral puedan salir a la calle, mezclarse con todos, ser uno más. Porque esa es su vocación: tender puentes, derribar muros, ser parte de la sociedad.
Las instituciones locales, provinciales y regionales han prometido su colaboración, y será importante recordarles que cumplan con su palabra. Pero el resto de la ciudadanía también tenemos un papel fundamental. No podemos dejar que Aspace, sus patrocinadores y sus colaboradores habituales carguen solos con esta responsabilidad. Cada pequeño gesto cuenta: quien pueda aportar un euro, que lo haga; quien pueda diez, veinte, o más, también. Lo importante es no mirar hacia otro lado.
La filosofía de la Marcha Aspace sigue más viva que nunca: acercar a la ciudadanía la realidad de las personas con parálisis cerebral, recordar que son ciudadanos de pleno derecho, con talentos, sueños y capacidades que enriquecen a toda la sociedad. Nos invitan a conocerlos, a romper prejuicios y a construir una ciudad más justa e inclusiva. Hoy, ese convencimiento nos interpela de frente: ahora que les conocemos, ¿qué vamos a hacer? No podemos racanear en gratitud, no podemos fallarles.
Apoyar a Aspace Huesca es, en realidad, apoyarnos a nosotros mismos. Es construir una Huesca más humana, más justa, más digna. Ahora nos toca a nosotros.