Cuando la percusión de Semana Santa resuena, los oscenses se sienten citados, atraídos por el imán de los grupos de tambores y cornetas, por el caminar acompasado de las cofradías que protagonizan, en el caso de hoy, el Encuentro del Certamen de Bandas de Música que ha invadido las calles de Huesca en esta mañana de sábado en la que las plazas han arrancado los primeros sones y la de Navarra ha cerrado con una reunión virtuosa, entre cientos y cientos de oscenses impactados por la precisión y la profundidad de los toques.
Quedaba una hora para el mediodía cuando se han arrancado las primeras cofradías. En Torre Mendoza, Santo Domingo y las Carmelitas, han empezado ya briosos las Cofradías del Prendimiento con el Grupo de Tambores, Bombos y Gaitas Juan de Lanuza; la del Cristo de la Esperanza con la banda Fernando Laguna; y la del Santo Cáliz Salesianos con el grupo Luis Esteban Felipe.
Apenas un cuarto de hora más tarde, en Plaza del Justicia, de Cervantes, de la Catedral, de San Lorenzo y de San Antonio, simultáneamente la ubicuidad cuaresmal se ha hecho presente con la Cofradía del Cristo del Perdón con la banda Pedro Nolivos, la de Nuestro Señor Atado a la Columna con su banda de tambores y cornetas; la del Cristo de los Gitanos; la de la Preciosísima Sangre de Cristo Cofradía de San José, y la de Santiago Apóstol de Grañén, además de Real Cofradía de nuestro Padre Jesús Nazareno con la banda de Timbals dels Aspirants de la Real i Venerable Congregació de la Puríssima Sang de Nuestro Señor Jesucristo desplazada desde Tarragona, además de la de Tamarite de Litera y la Cofradía de María Santísima de los Dolores y Cristo Yacente de Robres.
A lo largo de todo el recorrido hasta el foro central de la ciudad, la Plaza de Navarra, cientos de oscenses han aplaudido a las bandas. Paulatinamente, después de la colocación de los estandartes paralelamente al Casino, han ido llegando con armonía todas las bandas, sin signos de fatiga pese a la pesadez de algunos de los instrumentos, con rostros severos como corresponde a la ocasión, con leves sonrisas por la satisfacción de quien concibe que algo trascendental se está produciendo. Una tras otra se han colocado frente a las banderas y se ha dado el toque para arrancar el "Adiós, San Lorenzo, adiós", tributo precioso a los Cofrades Difuntos. Lejos del sonido del 15 de agosto frente a la Basílica, pero con una tonalidad espiritual sobrecogedora y un sentido de despedida hasta la eternidad.
Entre los cofrades, uno muy especial, al menos para este cronista, por amistad que hace el cariño. Es, quizás, una de las personas con el ritmo más metido en el cuerpo en toda la ciudad (le da igual interpretar jotas que boleros), un ser de luz, un hombre creativo (la pintura se le da excepcionalmente bien). Y, con todo este cúmulo de virtudes, sin lugar a dudas lo mejor de este usuario de Valentia es la sonrisa franca, orgulloso como está de sus capacidades y de repartir cariño. Para sus compañeros de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, incorporarlo como uno más es un síntoma de normalidad y de orgullo. Y Fernando Vidal ha correspondido a la responsabilidad que para todos los integrantes de los grupos de tambores, bombos, cajas y cornetas representa definir con escrúpulo el tañido de cada instante.
Otro toque único, como una maquinaria de un reloj infalible, ha servido para poner fin a este bonito y emotivo acto. Las calles se han llenado de espíritu cuaresmal y de devoción a San Lorenzo.
A partir de las 18:00 horas, el Desfile final se iniciará desde la Avenida Monreal por este orden: Salesianos, Tarragona, Cristo de la Espñeranza, Puebla de Alfindén, el Descendimiento, Ateca, San José y Santa Ana, San Mateo de Gállego, Preciosísima Sangre, Nuestro Padre Jesús Nazareno, La Soledad de Almudévar, Cristo del Perdón, Alcalá de Gurrea, el Prendimiento, Robres, Nuestro Señor Atado a la Columna, Santiago Apóstol de Grañén, Santiago de Huesca y Cristo de los Gitanos.