Laspaúles volvió a mirar al cielo este pasado sábado con la celebración de la segunda edición de “Dos estaciones bajo las estrellas”, una cita que reunió ciencia, cultura y divulgación astronómica en un entorno privilegiado para la observación del firmamento.
Las jornada tiene como objetivo atraer a un público interesado en la astronomía y en propuestas culturales vinculadas al territorio, para es fomentar un turismo sostenible y desestacionalizado que contribuya a dinamizar el valle.
La tarde comenzó a las con la charla divulgativa Historia de las Constelaciones, impartida por la Agrupación Astronómica de Huesca. La propuesta audiovisual realizó un recorrido por los mitos, la ciencia y las culturas que, desde la antigüedad, han dado forma a las figuras del cielo.
El público infantil disfrutó con con el taller Jugando con la luz, donde niñas y niños descubrieron, mediante juegos, experimentos y proyecciones, los secretos de la física y la magia de la luz.
Posteriormente, el teatro se convirtió en el gran protagonista con El milagro de la Tierra, la obra más personal de Juanjo Artero. En un precioso escenario instalado en la plaza de Laspaúles, el actor desplegó todo su talento durante hora y media de canto, danza y declamación, envolviendo al público en un viaje poético y emotivo. Con apenas luces y globos como recursos visuales, Artero logró que la imaginación creara lluvia, mares, ríos o recuerdos íntimos, en un guión vibrante que combinó anécdotas, humor, crítica social y filosofía.
Entre versos de clásicos como Calderón, Shakespeare o Rosalía de Castro, y evocaciones de sus personajes más recordados en cine y televisión, el actor transitó con maestría entre la nostalgia, la rebeldía y la ternura, logrando una conexión profunda con el público. Bajo la dirección de Laila Ripoll, con guión de Juan Asperilla y la voz en off de Lola Herrera, esta obra unipersonal se alzó como un emocionante testimonio de vida y de arte, donde la poesía y la verdad escénica fueron los grandes pilares. Una representación inolvidable que dejó a los asistentes con la sensación de haber compartido algo tan íntimo como universal: el propio milagro de estar vivos.
La jornada culminó con la observación astronómica nocturna en un prado cercano al núcleo urbano. Parecía que el tiempo no acompañaría, pero finalmente se dio la sorpresa y se vio el cielo nocturno. Equipados con telescopios profesionales y guiados por expertos de la Agrupación Astronómica de Huesca, los asistentes pudieron descubrir cúmulos estelares, planetas y constelaciones bajo un cielo limpio y oscuro, ideal para la práctica del astroturismo.
La altitud de Laspaúles, su baja densidad de población y la escasa contaminación lumínica consolidan a este municipio como un enclave privilegiado para la observación astronómica y refuerzan su apuesta por posicionarse como destino de referencia en el Pirineo.
El evento fue organizado por la Asociación Turística de Laspaúles, financiado por la Unión Europea a través de los fondos Next Generation EU y con el apoyo del Plan de Recuperación, Gobierno de Aragón, Comarca de Ribagorza, Diputación Provincial de Huesca y Huesca La Magia.