En el reparto, Jesucristo es el verdadero director de la orquesta diocesana, el guía de cada acción para que todos trabajen en armonía. Obispos, sacerdotes y diáconos ejercen de pastores, guías y líderes espirituales para coordinar la comunidad cristiana, celebrar la Eucaristía y proporcionar el pan de la Palabra, de la Eucaristía de la ternura de Dios. A los laicos compete la evangelización en el ámbito familiar, laboral, cultural, económico, político y social, para integrar la fe en todos los aspectos de la vida cotidiana como testigos del Reino de Dios en el mundo. La partitura, para que suene como sinfonía, es la Palabra de Dios que proporciona la base y las directrices de las acciones de la misión diocesana.
Así escenificó el obispo de Barbastro-Monzón, Ángel Pérez Pueyo el meollo de la presentación de la Unidad Pastoral de Barbastro que materializa el proceso de reestructuración geográfica y pastoral acometido y la labor de la Iglesia en las comarcas que abarca. El encuentro, que subrayó el caminar conjunto de la comunidad, sirvió para compartir el objetivo pastoral de que "nadie se pierda" y destacar los desafíos que la Iglesia afronta, en colaboración con otros agentes del territorio. 170 personas conocieron sus pormenores.
Las singularidades de esta Diócesis, con la gran extensión territorial y la baja densidad demográfica, unida a los retos de la sociedad actual, representan un desafío para llegar a todos los rincones y que las campanas sigan sonando en los 250 campanarios de esta diócesis milenaria, mariana, misionera y martirial. “Gracias, gracias, gracias”, repitió el obispo Pérez Pueyo en la trinidad identitaria e idéntica de su discurso reconfortado por el compromiso de tantos sacerdotes, laicos y fieles en su conjunto.
La presentación, como las ya realizadas en Benasque, Boltaña, Monzón y Graus, se estructuró en torno a testimonios que evidenciaron el servicio de la Iglesia a la sociedad local, desde la evangelización que llega a todos los rincones, a la atención de los enfermos hasta la preservación del patrimonio y la memoria. La responsable de Comunicación, Ascen Lardiés, introdujo las intervenciones, significando la importancia histórica e identitaria que ha tenido para Barbastro ser sede episcopal en los últimos mil años.
El vicario de pastoral, Paco Cabrero, y la secretaria-canciller, Beatriz Mairal, detallaban la reorganización pastoral agrupando los servicios en las delegaciones de Anuncio, Celebración, Caridad y Comunión, y de qué manera se ha aterrizado esa organización en el territorio, conformando cuatro arciprestazgos y ocho unidades pastorales.

El párroco moderador de la Unidad Pastoral de Barbastro, Omar Quilcaro, reveló la organización los sacerdotes, con el apoyo del Consejo de Pastoral de la Unidad y de los animadores para llegar a todo los fieles. El sacerdote dio paso al testimonio del claretiano Antonio Alcántara, uno de los capellanes del Hospital de Barbastro, que emocionó a los presentes al afirmar que a todos nos une “la sed de esperanza y el deseo de ser acompañados”. Palabras que confirmó María Ángeles, voluntaria que martes y jueves visita a enfermos en el Hospital que da servicio a la mitad de la provincia.
LOS 71 ANIMADORES
Silvia Peropadre –delegada de Celebración- dio a conocer la labor de los 71 animadores de la comunidad, doce de los cuales prestan su servicio en la Unidad Pastoral de Barbastro. Lo hizo ante alcaldes de la comarca que conocen bien esa labor y asentían a la intervención cuando afirmaba que a veces “la visita del animador es la única que reciben” en algunos pequeños núcleos.

Muy aplaudidas fueron las jóvenes Vega y Daniela Sierra, hermanas que peregrinaron a Roma en el marco del Jubileo de los jóvenes y lo vivieron como un tiempo de gracia. Ellas presentaron el proyecto, ya real, de la Casa de la Iglesia, hogar y un motor para toda la Diócesis en el que se realizan las catequesis y se busca una atención integral a la familia.
No faltó el capítulo de obras y patrimonio, como los trabajos en las cubiertas de la Catedral o la ermita de San Ramón, así como el del Cabildo Catedral en el Cementerio de Barbastro, cuyas mejoras relataron el voluntario Jesús Goicoechea y Teresa Peirón, que subrayó el profundo respeto por la vida y el legado de “quienes nos precedieron, un servicio silencioso de la Iglesia”.
El encuentro concluyó incidiendo en los desafíos compartidos de la Iglesia con otras entidades y agentes, muchos: el delegado territorial del Gobierno de Aragón, Javier Betorz, el presidente de la Comarca del Somontano, Saúl Pérez, junto a alcaldes de los municipios diocesanos, incluido el alcalde de Barbastro, Fernando Torres, y varios concejales, junto a otras autoridades y representantes de la vida social, cultural y económica del territorio.
