Bolea fue escenario, el pasado 9 de mayo, de una jornada escolar inolvidable en la que los colegios de Ayerbe, Lupiñén y el propio CEIP de la localidad anfitriona compartieron experiencias bajo el lema “Sinfonía de pueblos”. Cerca de 200 niñas y niños participaron en este encuentro, que combinó actividades educativas, juegos al aire libre y momentos de auténtico compañerismo. El evento no solo fomentó la convivencia entre centros rurales, sino también el sentimiento de pertenencia a un territorio común.
La mañana estuvo protagonizada por una animada gymkana para el alumnado de Primaria, que recorrió diferentes espacios del pueblo. Uno de los momentos más destacados fue la visita a la Colegiata de Bolea, un símbolo del patrimonio histórico que los niños descubrieron de forma lúdica y participativa. La actividad fue también una oportunidad para el trabajo en equipo y la cooperación entre estudiantes de distintas localidades.
Mientras tanto, los más pequeños -el alumnado de Infantil- disfrutaron de propuestas adaptadas a su edad. Realizaron una original manualidad con maracas hechas a partir de envases reciclados, y participaron en una sesión de sensibilización organizada por Aspace. Allí descubrieron cómo las personas con discapacidad utilizan tecnologías de apoyo y sillas de ruedas, promoviendo desde edades tempranas el valor de la inclusión.

A mediodía, todos los grupos se reunieron en el salón social para compartir un espectáculo de circo que arrancó risas y aplausos por igual. La actuación, divertida y participativa, logró conectar a mayores y pequeños en un ambiente de alegría compartida. Tras la función, cada grupo disfrutó de la comida que había traído de casa, y el Ayuntamiento de Bolea tuvo el amable gesto de ofrecer un helado a todos los participantes.
Como recuerdo de esta jornada tan especial, se entregó a los representantes de cada centro una pequeña escultura de madera con forma de cerezas, fruto emblemático de Bolea. Este detalle simboliza la unión entre los pueblos y la dulzura de una experiencia que quedará grabada en la memoria de sus protagonistas.

SALIDA PARA DISFRUTAR DE LAS AVES
Días más tarde, el 15 de mayo, el CEIP Virgen de la Soledad continuó su apuesta por el aprendizaje experiencial con una salida al entorno natural, guiada por el ornitólogo Pablo Vallés. Gracias a su conocimiento, el alumnado descubrió que la riqueza de aves que nos rodea, como vencejos, ruiseñores o aviones comunes, forma parte del equilibrio ecológico de nuestro entorno.
Durante la jornada, no solo aprendieron a observar, sino también a escuchar: Vallés les enseñó a distinguir el canto del mirlo y del ruiseñor, dos sonidos característicos de nuestro paisaje sonoro. Uno de los aspectos que más sorprendió a los niños fue saber que la relación entre los seres humanos y las aves existe desde el Neolítico, una conexión profunda que se ha mantenido a lo largo de la historia.
Esta actividad fue posible gracias a la financiación de ADHESO (Red Aragonesa de Desarrollo Rural), que apoya iniciativas educativas con fuerte vinculación al territorio. El entusiasmo del alumnado y el impacto positivo de la experiencia refuerzan la importancia de educar desde el contacto directo con la naturaleza.
Desde el centro se valora muy positivamente la jornada, con el deseo de seguir impulsando propuestas que enriquezcan el conocimiento del medio y fortalezcan el vínculo de los más jóvenes con el entorno que habitan.