Imaginen lo que es, para un joven de 21 años que desea ser figura del escalafón, entrenar con "el Messi del toreo". Es lo que le sucede a Bruno Martínez, alumno de la Escuela Taurina Oscense, quien estos días tiene el lujo de estar muy cerca del maestro y uno de los números 1 Andrés Roca Rey. Ambos se encuentran en México preparando la temporada española, y Martínez, pamplonés pero ya con raíces echadas en Huesca, no puede estar más ilusionado.
Su apoderado, Checo Argüelles, le ha brindado esta oportunidad que ya viene cocinándose desde la temporada pasada. Descuelga el teléfono justo en el día en el que también va a tentar junto a Joselito Adame y su hermano, Luis David. El primero es un viejo conocido de la Feria de La Albahaca.
"Llevo tres meses aquí preparando mucho todo el año. Será mi debut en una feria importante ahí en México, aunque todavía no puedo avanzar mucho. Estoy toreando en el campo y he ido a ganaderías como Pablo Moreno, San Mateo, San Maximiano y Santa Lucía", explica. Martínez debutará esta temporada de 2025 con picadores, por lo que será un año especial para él.
El pasado mes de agosto, Checho y Martínez acordaron una relación de cara al futuro. "Quedamos en que me iba ayudar aquí en México. Él ha sido empresario de plazas de toros en México, también ganadero", añade.
En estos momentos, el novillero se encuentra plenamente dedicado al toreo. Aunque sigue perteneciendo a la ET Oscense, lleva todo el invierno por tierras aztecas. Bien es cierto que mantiene el contacto con Pablo Ciprés y El Molinero. Cuando regrese a España allá por el mes de marzo, toreará sus últimas novilladas sin caballos para "placearse" antes de su debut.
Hablando de sus entrenamientos junto a un primer espada como Roca Rey, dice que "me ha tratado fenomenal. Ha sido una maravilla estar rodeado de figuras del toreo. Me está sirviendo mucho para conocer su mentalidad y estar donde están. Incluso voy a tentar con Alejandro Talavante. Me aporta mucho poder convivir con ellos... Es una maravilla", reitera.
México le ha recibido con los brazos abiertos. "Estoy muy agradecido a Checho y su familia. Me han acogido muy bien desde el primer día. La gente es maravillosa y te dan una calurosa bienvenida. Es un país diferente a España, pero me ha encantado todo: la comida, el campo, la gente".
Está lejos de su Pamplona y su periplo en México le ha hecho perderse por primera vez la Navidad junto a su familia. "Cuando me fui a Huesca también tuve que sacrificar el estar en casa", recuerda. "Lo llevo bien. Me ayuda mucho, además. Aquí estoy enfocado y pienso mucho a lo que quiero llegar. No tengo otra cosa que hacer que entrenar y pensar en el toro, en lo que vaya a venir. Aprendí a estar solo. El torero se tiene que forjar en soledad". Suena fuerte, pero es una realidad. Y Bruno Martínez está convencido de ello.