El Campus de Huesca renueva su compromiso contra la violencia hacia las mujeres y alerta del avance de los discursos negacionistas

El acto celebrado pone el foco en la necesidad de reforzar la formación en igualdad y de frenar el retroceso detectado entre la juventud

25 de Noviembre de 2025
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Lectura del manifiesto contra la violencia hacia las mujeres en el Campus de Huesca. Foto Myriam Martínez
Lectura del manifiesto contra la violencia hacia las mujeres en el Campus de Huesca. Foto Myriam Martínez

El Campus de Huesca de la Universidad de Zaragoza ha renovado este martes su compromiso contra la violencia hacia las mujeres con la lectura del manifiesto universitario del 25N, un acto celebrado en la Facultad de Empresa y Gestión Pública, en la Plaza Constitución, que ha reunido a la vicerrectora del campus, Marta Liesa, al decano, profesorado, personal técnico, de administración y servicios y estudiantes de distintos centros.

La convocatoria ha incluido la lectura del manifiesto de la Red de Unidades de Igualdad para la Excelencia Universitaria, a cargo de la responsable de Igualdad de la facultad, Cristina Ballestín Cucala.

Antes, Ballestín ha expuesto una reflexión sobre la terminología en torno a estas violencias. Ha explicado que el género “no es algo natural, es algo que se construye día a día y es algo que se puede modificar”, mientras que el sexo responde a características biológicas.

Ha subrayado que los comportamientos machistas “llevan al extremo lo que se supone que tiene que tener un cuerpo de macho, no un cuerpo masculino”, precisando la necesidad de diferenciar nociones que suelen confundirse fuera de ámbitos especializados. Ha señalado, además, que el feminismo significa "igualdad” y no lo contrario al machismo.

Con este marco, se ha dado paso a la lectura del manifiesto, que ha recordado que el 25 de noviembre es una fecha de denuncia, reflexión y compromiso ante “una de las más graves vulneraciones de los derechos humanos”. El texto ha insistido en que, pese a los avances logrados, “millones de mujeres en España, al igual que en el resto del mundo, continúan sufriendo violencias de género en sus diversas manifestaciones”.

Ha destacado que, según la macroencuesta de 2019, “un 11% de las mujeres residentes en España, más de 2.000.000, ha sufrido violencia física por parte de una pareja o expareja” y que “un 40 %, más de 8.000.000, ha sido víctima de acoso sexual a lo largo de su vida”. Son cifras que, según el propio manifiesto, “evidencian la magnitud y la persistencia de una realidad estructural que interpela al conjunto de la sociedad”.

El documento ha expresado preocupación por la difusión creciente de discursos negacionistas, “promovidos por algunos sectores políticos que cuestionan la existencia misma de las violencias de género”, y ha señalado el retroceso en la percepción del problema entre la juventud.

Según el informe Juventud en España 2024, se registra “un preocupante descenso en el apoyo al feminismo y a la igualdad de género entre la población joven entre 15 y 29 años” y una caída en la consideración de la violencia de género como un problema social prioritario. “Este retroceso evidencia el impacto de los discursos negacionistas carentes de todo rigor científico”, recoge el texto.

Ante este escenario, el manifiesto ha remarcado la necesidad de reforzar la educación en igualdad, la no discriminación y los derechos humanos, así como el pensamiento crítico y la transferencia del conocimiento generado en investigaciones con perspectiva de género.

Ha reclamado integrar la perspectiva interseccional, definida como “esencial junto al enfoque de género para construir una sociedad y, por ende, una comunidad universitaria verdaderamente igualitaria, inclusiva, diversa, segura y cuidadosa con todas las personas”.

Lectura del manifiesto contra la violencia hacia las mujeres en el Campus de Huesca. Foto Myriam Martínez
Lectura del manifiesto contra la violencia hacia las mujeres en el Campus de Huesca. Foto Myriam Martínez

Esta aproximación permite reconocer cómo se entrelazan las violencias que afectan a mujeres por razones de procedencia, color de piel, religión, orientación sexual, edad, clase social o discapacidad.

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El texto ha advertido, asimismo, sobre el avance de las violencias digitales, que “se han expandido y normalizado entre la juventud universitaria”, favorecidas por el anonimato y la ausencia de desconexión. Ha descrito agresiones que pueden prolongarse “a lo largo de las 24 horas del día”, lo que incrementa su impacto.

Coincidiendo con el 30 aniversario de la Plataforma de Beijing, el manifiesto ha subrayado la trascendencia histórica de este hito en la lucha por los derechos de las mujeres y ha recordado que las unidades de igualdad “se consolidan como estructuras básicas de la LOSU”.

Su papel es considerado fundamental para la sensibilización, la prevención, la formación e incorporación transversal de la igualdad en las políticas universitarias. En este punto, el texto ha afirmado que resulta “absolutamente inadmisible que a día de hoy todavía existan unidades de igualdad que no reciban los fondos del Pacto de Estado contra la violencia de género transferidos a las comunidades autónomas”. “No puede permitirse que la respuesta institucional (…) se vea paralizada o mermada por el negacionismo político”, concluye el documento.

El acto ha finalizado con un mensaje nítido desde el Campus de Huesca: “ni un paso atrás” ante una vulneración tan grave de los derechos humanos.

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