Las cántigas de 2025 no son de Alfonso X el Sabio, sino que han sido pronunciadas por mosén José María Cabrero y musicadas por la Agrupación Folclórica Santa Cecilia. Estaba repleto el templo y el exterior del Santuario de Nuestra Señora de Salas y de la Huerta para la tradicional romería de mayo, la primera en muchos años sin Mariano Claver como prior, y de repente la oración se ha suministrado de recuerdos y de cariño a quien con tanta fe como empeño dirigió los destinos de la Cofradía.
El santuario ha recibido a las autoridades encabezadas por la alcaldesa, Lorena Orduna, y concejales del PP y del PSOE, recibidos por la vicepriora electa y priora hasta el próximo año cuando se produzcan las elecciones en asamblea, Loren Lairla. Como novedad, misa baturra con cantadores y rondalla de la Agrupación Folclórica Santa Cecilia, cuyas interpretaciones han convertido la cálida mañana en una emoción envuelta en escalofrío.
José María Cabrero, tras el Evangelio, ha pronunciado una homilía en la que ha apelado a la universalidad de la Iglesia expresada en el episodio en el que, en el lago de Galilea, Jesús explica a los pescadores para echar las redes 153 veces, tantas como especies se identificaban entonces.
Se ha centrado y concentrado en la evolución del santuario desde las primeras noticias en el siglo XII de una iglesia dedicada a Santa María en término de Monte Salas, y la disputa posterior en 1203 entre el Obispo de Huesca y el prior de San Pedro. Comienza "la devoción y algún efecto o hecho milagroso", hasta que Doña Sancha, mujer de Fernando II de Aragón, ordena la construcción del templo. Ha remembrado las Cantigas a Salas de Alfonso X El Sabio, que constatan la influencia y la entrega de los agricultores y la cofradía actual.
Tal singularidad tiene el santuario que el nuevo obispo de Huesca, Pedro Aguado, antes de tomar posesión el 14 de junio en la Catedral, vendrá a Salas el día anterior. "Por cierto, prefiere que le llamemos Padre Pedro", ha añadido.
Ha concluido refiriéndose al "hermano Mariano Claver, que fue aquí tantos años el prior de esta cofradía, con toda su entrega, con su generosidad, el sacrificio, la cordialidad y la afabilidad en todos los momentos que tuvo la responsabilidad y el compromiso de sacar adelante Nuestra Señora de Salas y de la Huerta. Nuestro reconocimiento y nuestra oración, y el compromiso de todos los continuamos y estamos para que así siga siendo esta devoción casi milenaria" que tiene influencia en toda su redolada. "Que con los antepasados, sepamos mantener este patrimonio que nos entregaron y así generaciones futuras lo puedan seguir disfrutando", ha concluido.
La Eucaristía ha proseguido con alta carga emocional, primero con una interpretación maravillosa previa a la Comunión de Cristina Laviña e Inés Español, para proceder posteriormente a la bendición de las tortas del cura Cabrero. Sin perder el rastro del ejemplo de Mariano Claver, una plaza repleta ha acogido el poderoso y sutil concierto de los "cecilios" (emocional jota dedicada por Antonio Pertusa al prior añorado), que han homenajeado a la virgen, a las madres en su día, a los abuelos y a todo Aragón y Huesca.
UN SANTUARIO MUY NECESITADO
Loren Lairla, que lleva desde 1972 como cofrade, cuando bajó por vez primera a limpiar porque se casaba su primo Jesús. 53 años en la Cofradía y muchas décadas con responsabilidades.
La vicepriora enumera las muchas penalidades del santuario, con esos desconchones en las cúpulas o la fachada posterior al altar, "fatal. Ahora tenemos que pagar algo, nos han dado un permiso que nos ha traído don José María. Cuando quieran, que empiecen. No sé de dónde sacaremos el dinero, tendremos que hacer una colecta especial o inventar algo".
Si Mariano Claver cifraba en seiscientos mil euros los necesarios para dejar el santuario en su esplendor, Loren asiente. "Mariano sabía mucho lo que decía. Estaba muy pendiente. Nos gustaría tener arreglado un altar por el que Mariano tenía mucha ilusión que estuviera en condiciones. Después de una cosa, otra, podremos hacer poco a poco para recuperar todo".
Apela también a la hierba que hay en los porches y las filtraciones de agua que pasa por las paredes. "Cuando llueve, baja el agua por los ventanos del claustro. Los porches están apuntalados, pero la pared no está sujeta".
Ha agregado que "ya sabe la alcaldesa lo que necesitamos. Mucho de lo que hay aquí es del ayuntamiento. La plaza, el pinar y los servicios son municipales. Lo demás es patrimonio religioso".
Incide Loren, como viene recordando desde hace años, en que el de Nuestra Señora de Salas y de la Huerta es santuario. "Doña Sancha se fue desde aquí a Villanueva de Sijena".