Centro de Escucha Javier Osés: "Sentía que tenía un dolor en el corazón y no podía contárselo a nadie"

Los Hermanos de la Cruz Blanca de Huesca ofrecen un servicio gratuito de escucha activa y acompañamiento en el proceso de duelo y otros momentos complicados de la vida

22 de Diciembre de 2024
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"Sentía que tenía un dolor en el corazón y no podía contárselo a nadie"

El Centro de Escucha Javier Osés, de los Hermanos de la Cruz Blanca en Huesca, es un espacio donde el apoyo y la escucha activa transforman vidas. Enfocado en el acompañamiento durante momentos de duelo o dificultad, este servicio gratuito brinda un entorno seguro y sin juicios, permitiendo a las personas expresar sus emociones y encontrar alivio.

Pilar Albero encontró en el centro un refugio para superar su dolor tras una pérdida irreparable, gracias a un equipo de voluntarios y profesionales, cuyo compromiso cambia la perspectiva de quienes necesitan ser escuchados.

Hace dos años, coincidiendo con el día de Reyes, la vida de Pilar Albero cambió drásticamente. Su marido, Martín, falleció de un infarto, en solo 20 minutos, mientras realizaban manualidades en la casa del pueblo.
“Pasé de tenerlo todo en la vida a sentir que no tenía nada. Martín, además de ser el amor de mi vida, era mi mejor amigo, un padre excepcional y la persona más generosa que he conocido”, asegura.
“Era la persona a la que le podía contar todo sin filtro. Sabía que me escuchaba, que no me juzgaba. Era fundamental en mi vida, mi pilar”, añade.

"Sentía que tenía un dolor en el corazón y no podía contárselo a nadie"

Fue un momento de mucha oscuridad en su vida, no veía la salida. “Me faltaba claridad. Tengo unos hijos maravillosos, pero no les iba a contar mi dolor. Tampoco a mis padres, que estaban muy pendientes de mí, ni a mis hermanos ni a mis amigos. Siempre han sido un gran apoyo, pero no quería que se preocuparan ni que sintieran pena por mí. Sentía que tenía un dolor en el corazón y no podía contárselo a nadie”, rememora.

Una amiga que había perdido a su hijo le dio a conocer la existencia del Centro de Escucha Javier Osés. “Ella me animó a acudir, y eso cambió mi vida. Me sentí tan bien, porque realmente necesitaba que alguien me escuchara, y allí encontré ese apoyo”, explica.
Siente un profundo agradecimiento a esta institución y la ayuda que le brindaron en su proceso de duelo la califica “maravillosa”. De hecho, Pilar, que trabaja en una aseguradora, se lo recomienda a todos sus clientes, cuando atraviesan por situaciones similares. “Da igual si se trata de la muerte de un marido, un hijo, un padre o cualquier ser querido, el dolor es el mismo. Lo importante es el acompañamiento, que es gratuito, y la generosidad de las personas que lo hacen posible”.

Abunda un poco más en la labor del centro y su personal. “Es un lugar seguro, donde puedes contar todo lo que sientes sin miedo. El acompañamiento ha sido fundamental, sobre todo en el tema del duelo. Los voluntarios son ángeles, personas maravillosas, y en concreto Carmen, quien me acompañó durante un año, me ayudó muchísimo a poder hablar y expresar lo que sentía en cada momento”.

En estos momentos, aunque todavía le duele mucho recordar aquel día y no puede evitar emocionarse cuando habla de Martín, se encuentra mejor. “Hace poco le decía a una clienta en la oficina que me encantaría que llegara el 8 de enero, que las fiestas terminaran y que volviera la normalidad”, pero hace unos días recibió una llamada que para ella, que tiene un profundo sentimiento religioso, ha sido una inyección de ilusión y energía. “La providencia me ha dado un regalo: a partir del 1 de enero de 2025, voy a formar parte de la comunidad de Santo Cristo de los Milagros. Para mí, esto es un regalo de Dios, y estoy muy feliz y agradecida por esta nueva etapa que comienza”.

Lucía Torner, psicóloga y coordinadora del Centro de Escucha Javier Osés. Foto Myriam Martínez
Lucía Torner, psicóloga y coordinadora del Centro de Escucha Javier Osés. Foto Myriam Martínez

 

"No se trata de una intervención psicológica, sino de una escucha activa"

Lucía Torner es psicóloga en la Casa Familiar San Lorenzo de los Hermanos de la Cruz Blanca y también coordinadora del Centro de Escucha Javier Osés. Este servicio se puso en marcha en 2018, después de que la entidad detectase muchas situaciones de soledad no deseada en la sociedad, y empezaran a visibilizarse algunos casos de suicidio.

La psicóloga explica que en ese momento observaron que muchas personas estaban atravesando situaciones de duelo, no solo debido a la muerte de un ser querido, sino también por la pérdida de un empleo, una enfermedad o el duelo migratorio. Señala que identificaron que estas necesidades no estaban siendo atendidas, lo que los llevó a decidir abrir un espacio donde las personas pudieran recibir apoyo y acompañamiento.

“Desde el principio de nuestro camino, nos dimos cuenta de que el Centro de Escucha no solo podía dirigirse a personas que estuvieran viviendo una situación de duelo, sino que cualquier persona que se encontrara en una situación de dificultad o malestar podría beneficiarse de él”, y hacen especial hincapié en situaciones de suicidio, pues es fundamental abordarlo correctamente y ofrecer apoyo a quienes albergan ese tipo de ideación, y también a sus familiares y personas cercanas.

Centro de Escucha Javier Osés de la Cruz Blanca de Huesca. Foto Myriam Martínez
Centro de Escucha Javier Osés de la Cruz Blanca de Huesca. Foto Myriam Martínez

“No se trata de una intervención psicológica, sino de una escucha activa, donde las personas pueden expresarse sin juicio. Ofrecemos apoyo tanto a adultos como a menores, siempre con el consentimiento de los progenitores”, agrega.

Lucía Torner insiste en la importancia de acabar con los estigmas y dar a conocer que existen recursos para acompañar a las personas en los momentos difíciles y hacerles saber que no están solas.

El Centro de Escucha es un servicio gratuito, que ofrece atención de lunes a viernes, en función de la disponibilidad de quienes lo contactan, y también organiza charlas abiertas al público.

El voluntario Rafael Torrijos considera que poder realizar esta labor es "un regalo". Foto Myriam Martínez
El voluntario Rafael Torrijos considera que poder realizar esta labor es "un regalo". Foto Myriam Martínez

"Es asombroso cómo, a veces, no necesitas hacer mucho para ayudar"

Rafael Torrijos es voluntario en el Centro de Escucha Javier Osés. Escuchó una charla en la que se hablaba de su labor, en un momento en el que él estaba atravesando un proceso de duelo, y sintió el impulso de colaborar. “Fue como un instinto de querer ayudar”, explica.

Enseguida contactó con Lucía Torner, quien le explicó más sobre el Centro de Escucha y sus actividades. “Me encantó la idea y comencé a formar parte de este maravilloso equipo. Desde entonces, he podido acompañar a muchas personas que atraviesan situaciones complicadas, ayudándolas a encontrar su propio camino en medio del dolor”.

Rafael Torrijos insiste en esa idea de estar presentes para quienes necesitan hablar. “A veces, solo escuchar es suficiente para que la persona pueda encontrar sus propios recursos y salir adelante. Es asombroso cómo, a veces, no necesitas hacer mucho para ayudar, solo estar ahí, sin juzgar, permitiendo que la persona se exprese”, recalca.

La posibilidad de realizar esta labor es para él “un regalo” que le llena de satisfacción. “Y, aunque a veces parezca que no estamos haciendo nada, la realidad es que acompañar a una persona en su dolor puede marcar una diferencia enorme”, finaliza.

 

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