Cofradía de Nuestro Señor Atado a la Columna, el gesto triste de Cristo se abre paso entre la muchedumbre

La Agrupación de San Viator y la Banda de Música protagonizan una emocionante procesión arropados en la fría tarde-noche por cientos y cientos de feligreses

15 de Abril de 2025
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El gesto triste del Cristo Atado a la Columna aclamado en Huesca

La Cofradía de Nuestro Señor Atado a la Columna ha procesionado en esta tarde gélida de primavera que no ha empecido para que multitud de feligreses contemplaran las túnicas amarillas con bocamangas y ribetes verdes con el escudo en el antebrazo, capirotes también verdes para las filas y terceroles para la banda, con cíngulos y guantes negros además de la tradicional medalla del grupo.

Los prolegómenos han resultado excitantes para los nuevos cofrades que han recibido precisamente la medalla que acredita que ya forman parte de una comunidad que viene procesionando desde hace 72 años, siempre radicada en San Viator desde que Evilasio Esparza, director del colegio y viator, quiso complementar el objeto educativo con la espiritualidad arraigada en el momento más importante de los cristianos, la celebración de los Misterios de la Pascua, Muerte y Resurrección.

Desde aquel lejano 1953, desfila la Cofradía con el hermoso paso de Nuestro Señor Atado a la Columna, que ya había adelantado en tres años a la que sería su residencia permanente en medio del calendario de la Semana Santa. Una talla del siglo XVII, de autor anónimo y previsiblemente procedente del Convento de la Merced (un mito en Huesca emergido a mitad del siglo XIII) y posteriormente de la Ermita de Nuestra Señora de Salas y de la Huerta.

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La procesión ha caminado cadenciosamente, como corresponde a la expresión de la tristeza que asoma al rostro del Cristo atrapado con una soga que rodea la columna, sobre una peana policromada por María Pilar Añaños y Carlos Jalle. Al frente, el consiliario Rafael Gállego Mairal, que fuera director de la institución educativa viatora, y como complemento, la Banda de Música que ya cumple veintidós años secundando a Jesús secundando en el recorrido al grupo de cornetas y tambores de San Viator.

La severidad de la situación evangélica ha requerido un ritmo solemne, grave, desde el principio en el colegio para bajar por el Parque y cruzar Miguel Servet, el icono de la libertad religiosa y de pensamiento, hacia el Coso Alto, la exigencia de la cuesta de Villahermosa, el tránsito por la Plaza de don Luis López Allué, Cuatro Reyes, Goya, el bajo de los cosos y final en Santo Domingo para reposar hasta el Santo Entierro.

Paso por el Coso Alto de la Procesión del Santo Cáliz
Paso por el Coso Alto de la Procesión del Cristo Atado a la Columna. Foto Javier García Antón

En Villahermosa, Rafael Gállego ha pedido una oración "juntos todos interiormente. Cristo Atado a la Columna. Hace 72 años, se creó en este mismo edificio nuestra Cofradía de Jesús Atado a la Columna. Hoy somos felices de poder acompañarte en esta procesión, como lo han hecho ininterrumpidamente las promociones que nos han precedido. Estamos contentos de celebrar este año el Jubileo de la Esperanza unidos al Papa Francisco en la situación que vive estos meses y a toda la Iglesia. Somos conscientes de lo que ha de ser un Jubileo en nosotros. Consiste en poner al día nuestra fe, evaluarla y poder convertirnos y comprometernos a responder a tus llamadas con más fidelidad. A cada uno, nos haces unas llamadas personales, pero sabemos que debemos vivirlas comunitariamente y en sinodalidad".

De ahí que, ha agregado el consiliario, peregrinemos "hoy juntos contemplando el bello paso de nuestra cofradía. Te presentamos todo el dolor y el sufrimiento de tantas personas en el mundo, la impotencia de los países y en especial el nuestro y nuestra autonomía, y por la desazón que vivimos en nuestra vida política, laboral y social. Sabemos que todo este sufrimiento, dolor e impotencia, unidos al tuyo en la Columna, serán redimidos, transformados".

A lo largo de todo el transcurso procesional, la plegaria se ha hecho camino, con aquel anhelo expresado por la santa Teresa de Jesús de contemplación del Cristo prendido en la columna, con sus "carnes hechas pedazos por lo mucho que os ama. Tanto padecer, perseguido por unos, escupido por otros, negado de sus amigos, desamparado de ellos, sin nadie que vuela por Él, helado de frío, puesto en tanta soledad, que el uno con el otro podéis consolar".

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