El Colegio Oficial de Médicos de Huesca ha celebrado su tradicional Acto Institucional del Día del Colegiado, una cita ya consolidada en el calendario de la institución, que reunió a profesionales del ámbito sanitario, autoridades y familiares en una jornada marcada por el reconocimiento, el recuerdo y la bienvenida.
La apertura del acto corrió a cargo de la secretaria general, Aurora Calvo, quien dedicó unas palabras de bienvenida y aprovechó para agradecer la presencia de representantes de diversas entidades sanitarias invitadas, como AMA, Mutual Médica, los Colegios Oficiales Sanitarios y autoridades como el director general de Asistencia Sanitaria y Planificación del Gobierno de Aragón, Ramón Boria.
Durante su intervención, se rindió homenaje a los médicos fallecidos a lo largo del año, con un sentido recuerdo a su trayectoria. Se mencionó especialmente a la doctora Asunción Castillón Espuña, médico de atención primaria en el Centro de Salud de Aínsa, y al doctor José Ignacio Serrano Gonzalvo, oftalmólogo y jefe de servicio del Hospital San Jorge de Huesca.
COMPROMISO Y RETOS
La presidenta del Colegio, Olga Ordás, reflexionó sobre la situación actual de la profesión médica, marcada por una complejidad creciente y numerosos desafíos estructurales y sociales. Se preguntó si la profesión médica ha sido complicada y reconoció que las propuestas de modificación del Estatuto Marco generan incertidumbre y malestar entre los facultativos. También aludió a lo vivido en Aragón con el llamado “decretazo”, que, aunque afectaba principalmente a Zaragoza, ha tenido repercusiones también en Huesca, condicionando determinadas situaciones.
Ordás indicó que durante años se ha repetido que la sanidad está en crisis. Lo que en un principio parecía una situación puntual se ha convertido en una condición casi permanente, asociada al concepto de salud. A su juicio, algunos de los problemas actuales son consecuencia de una planificación inexistente en el pasado, pero hay otros sobre los que aún se puede y se debe actuar.
Entre los más graves mencionó la escasez de médicos y enfermeras, aunque centró su intervención en los primeros. Explicó que esta carencia compromete el día a día y la calidad asistencial, y la atribuyó a una mala planificación. Insistió en que es fácil prever cuántos médicos se van a jubilar en los próximos diez años, pero que las decisiones deben tomarse hoy. Formar un médico requiere tiempo, y por muchos que egresen ahora, no serán los que se necesiten dentro de una década. Por eso, hizo un llamamiento a calcular con precisión las necesidades reales, para no repetir errores del pasado como el exceso de médicos que se vivió en los años 80 y 90.
Ordás enfatizó la necesidad de adaptarse a los cambios sociales. Con el envejecimiento de la población se incrementan las demandas sanitarias: más cuidados, más pacientes crónicos o complejos, más diagnósticos y más estancias hospitalarias, muchas de ellas más largas o de mayor complejidad.
Puso en valor también el impacto de las nuevas tecnologías, incluida la inteligencia artificial, que debe integrarse al sistema sanitario de la mano de los profesionales. Recalcó que estas herramientas no vienen a sustituir a los médicos, sino a ayudarlos, y que para ello se requiere tiempo y formación adecuada.
Por último, hizo hincapié en la creciente importancia de la salud mental, tanto para los pacientes como para los propios médicos, y reafirmó el compromiso del Colegio con la medicina. Aseguró que se continuará trabajando por dignificar y visibilizar la labor médica, diferenciando entre un trabajo y una profesión: un trabajo se desempeña en un horario, una profesión se vive intensamente. Desde el Colegio, dijo, se seguirán impulsando proyectos formativos y de acompañamiento profesional. Cerró su intervención dando la bienvenida a los nuevos colegiados y felicitando a todos los presentes por su compromiso con la medicina.
MÉDICOS RESIDENTES
Uno de los momentos más entrañables fue la acogida a los nuevos médicos residentes, con un mensaje de bienvenida a quienes inician su formación en la provincia. Los MIR de primer año presentados en esta edición fueron María Maser Benito, Edita More Castillo y Pablo Román García.
La Junta del Colegio de Médicos de Huesca dio la bienvenida a estos nuevos facultativos, felicitándolos por su esfuerzo y dedicación para acceder al sistema MIR y por haber elegido una provincia con gran potencial formativo y asistencial, en la que podrán disfrutar de una atención personalizada en hospitales y centros de salud de referencia.
Durante el discurso, la vocal de Médicos Tutores, Jara Rodríguez, indicó que ser residente implica mucho más que continuar la formación académica: es asumir un compromiso con los pacientes, con los equipos sanitarios y con uno mismo. Animó a los recién llegados a vivir esta etapa “con ilusión y con humildad”, aprovechando cada rotación, cada guardia y cada experiencia clínica como una oportunidad de aprendizaje y desarrollo.
También recalcó la importancia del trabajo en equipo, la valoración de todas las especialidades y la necesidad de mantener una actitud abierta y receptiva, ya que en medicina “nunca se deja de aprender”.
Finalmente, recordó que el Colegio está a su disposición como espacio de apoyo, formación continua y acompañamiento, junto a la unidad docente. Un lugar donde compartir, consultar y sentirse respaldados. “Este Colegio, desde hoy, es vuestro, el de todos".
LOS MÉDICOS JUBILADOS
Asimismo, se rindió homenaje a los médicos jubilados, reconociendo sus años de servicio y entrega. Se entregaron los tradicionales pines y diplomas a los homenajeados de 2024: Amadeo Elduque Palomo, María Luisa Calvo Vila, Isabel Cidraque Martínez y Julián García Florez, cuyo reconocimiento fue recogido por el doctor Garrapiz. También se mencionó a los jubilados de 2025, entre los que figuran numerosos profesionales de la sanidad pública y privada de localidades como Zaragoza, Huesca, Barbastro, Monzón, Fraga, Jaca o Ayerbe.
Antes, la vocal de médicos jubilados, Virtudes Pelegrina, repasó las actividades que realizan los colegiados senior por su carácter saludable y socializador, como excursiones a la montaña y charlas, y aprovechó para dar visibilidad a la labor del Colegio en materia de Cooperación Internacional, ofreciendo asesoramiento tanto a médicos como a enfermeros.
Pelegrina animó también a los más jóvenes a acercarse a estas iniciativas, recordando que el Colegio proporciona información útil sobre ventajas y vías para participar en este tipo de proyectos.
El doctor López Cebollada, por su parte, reflexionó sobre el carácter simbólico de la jornada, que unió dos momentos clave en la vida médica: la bienvenida a los nuevos residentes y el homenaje a quienes culminan su carrera sanitaria.
Recordó que el camino de la medicina comienza con ilusión y esperanza en la juventud, y culmina con experiencia y madurez. Reivindicó el carácter vocacional y de entrega de la profesión médica, centrada en el cuidado de los demás y en el compromiso con la salud.
Como miembro de la Comisión de Deontología, instó a los nuevos residentes a mantener una formación continuada, a respetar los principios éticos y a ejercer con humanidad. Finalmente, dedicó unas palabras afectuosas a sus compañeros jubilados, deseándoles salud, tranquilidad y agradeciendo su legado humano y clínico.
CUARENTA AÑOS DESPUÉS
En 1984, el Hospital San Jorge dio un paso fundamental en su historia al iniciar la docencia en Medicina Familiar y Comunitaria, un logro que fue posible gracias a la perseverancia de un grupo de médicos comprometidos.
Según relató el doctor Mariano Rodríguez, durante los primeros años de la década de los 80 el hospital no contaba aún con acreditación docente ni recibía residentes. Fue entonces cuando un grupo de médicos, entre los que se encontraban el doctor Armendáriz (cardiología), el doctor Lacasa (pediatría) y el doctor Logroño (nefrología), “peleó mucho” para lograr que el hospital fuera reconocido oficialmente para formar médicos, inicialmente médicos de familia, una especialidad que por aquel entonces aún no existía en la ciudad.
Como resultado de esa lucha, se creó una unidad docente funcional dentro del hospital, aunque sin estructura formal. Fue entonces cuando decidieron que el doctor Logroño fuera el primer coordinador de la unidad docente de Medicina Familiar.
Rodríguez explicó que, para entonces, nadie podía ocupar cargos en la unidad docente porque aún no había médicos de familia formados en la ciudad. Sin embargo, con el paso de los años y la aparición de los primeros residentes MIR en esta especialidad, la unidad docente fue consolidándose y estructurándose, hasta el punto de crear el primer centro de salud de Huesca.
En el año 2000 se organizó el primer Congreso de Medicina Familiar y Atención Primaria en la provincia, el primero a nivel local. El comité organizador decidió rendir homenaje a quienes habían contribuido al desarrollo docente, especialmente al doctor Logroño, “que había sido el primer coordinador.” Lamentablemente, éste no pudo recoger en persona la placa conmemorativa por motivos de un viaje, y esta permaneció guardada hasta el acto celebrado el viernes.
El doctor Logroño, por su parte, recordó también el inicio de la docencia en 1984, cuando recibieron a cuatro residentes excepcionales: Pepe, ya fallecido -dijo con emoción-, y tres mujeres, Carmen, Teresa y Raquel Martínez, presente en la sala. Su tarea fue la creación de la Comisión de Docencia y el diseño del programa de la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria.
Estos pioneros viajaron a Barcelona para contactar con el presidente de la especialidad en aquel momento, Mariano Martín Zurrón. En palabras del doctor Logroño, los primeros años fueron un gran esfuerzo y dedicación.
Gracias a ese esfuerzo, el Hospital San Jorge sentó las bases para convertirse en un hospital universitario reconocido, formando a generaciones de médicos de familia que hoy continúan su legado.
“Hoy me habéis hecho feliz, la verdad, después de 40 años”, comentó con agradecimiento, especialmente dirigido a Mariano Rodríguez, al Colegio de Médicos, su directiva y a todos los que han mantenido viva la vocación docente en la provincia.
UN HOMENAJE A JOSÉ MARÍA BORREL
José María Borrel se llevó un pequeño homenaje por sorpresa. El anterior presidente del Colegio de Médicos intervino de forma breve y espontánea en el acto, reconociendo que no esperaba reconocimientos, y agradeció con humor las palabras y gestos recibidos. Mostró orgullo por su etapa en esta institución, señalando que ha hecho todo lo que ha podido y lamentando, con honestidad, aquello que no consiguió. Para él, su mayor mérito ha sido dejar el Colegio “en las mejores manos”.
Con una advertencia irónica sobre evitar polémicas, comentó que si entrara en detalles sobre la situación actual del sistema sanitario, podría generar “conflicto”, aunque aprovechó para expresar su preocupación por el deterioro progresivo del sistema y por decisiones políticas que considera un retroceso.
Animó a los nuevos colegiados a implicarse en la vida del Colegio, poniendo en valor el trabajo de su Junta Directiva y de la Comisión de Deontología, que calificó como “todo un lujo”. Les invitó a descubrir el potencial del Colegio si se involucran en él de forma activa.
En el cierre, quiso destacar la próxima jubilación de Mariángeles Bové, médica en Biescas desde 1983, subrayando la importancia de su labor continuada durante 42 años con los mismos pacientes, algo que -en sus palabras- “todavía no saben valorar en el Ministerio, aunque en Biescas sí saben lo que pierden”.
RECONOCIMIENTOS HONORÍFICOS Y PREMIOS CIENTÍFICOS
Durante el acto, se hizo mención especial a los reconocimientos honoríficos que este año les concedió la Academia de Medicina de Zaragoza al doctor Esteban San Martín y la doctora María José Nassarre por su trayectoria médica.
Virtudes Pelegrina destacó un proyecto promovido a nivel nacional por la vocal Carmen Hoyos, una médica muy activa y empática, cuyo planteamiento parte de una idea clara: la experiencia acumulada por los médicos senior no debe perderse.
Este proyecto busca que ese conocimiento se transmita a estudiantes de Medicina, médicos residentes e incluso a la ciudadanía, mediante programas de educación para la salud. La iniciativa, explicó, cuenta con el respaldo de la presidenta del Colegio y de toda la Junta. Pelegrina celebró esta línea de trabajo como algo útil y necesario, y defendió que sería una gran pérdida dejar que tantos años de experiencia se desperdicien.
En el marco del acto se celebró además la VI edición de los Premios Científicos, que la presidenta entregó a la doctora Celia Juliá Romero. Posteriormente, se concedieron los reconocimientos como Colegiados de Honor a los doctores Domingo Ara y Ángel Luis Atarés.
BORIA: "HUESCA ES LA CIUDAD PERFECTA PARA CRECER"
El hospital San Jorge de Huesca se consolida como una referencia sanitaria en Aragón, al mismo nivel que los hospitales Miguel Servet y Clínico Lozano Blesa de Zaragoza. Así lo considera el director general Ramón Boria, que intervino para clausurar el acto.
Aseguró que el San Jorge se mantiene como el tercer hospital de la comunidad y afirmó que continuará desarrollando su actividad con el mismo compromiso. Este año, además, se logró un avance significativo: se cubrieron prácticamente todas las plazas de Medicina Familiar y Comunitaria en Barbastro, una zona que históricamente presentaba dificultades para captar residentes.
A los nuevos médicos residentes, Boria los animó a aprovechar al máximo su etapa formativa, recordando que Huesca cuenta con una Facultad de Medicina en expansión que requerirá cada vez más profesionales implicados. En este sentido, enfatizó la importancia de que realicen la tesis doctoral, ya que la docencia médica será una necesidad creciente.
Asimismo, anunció que este año se nombraron dos profesores permanentes vinculados a centros sanitarios, que combinarán su labor docente con la asistencial. También informó de que la nueva sede de la Facultad, ubicada en la antigua residencia infantil, se inaugurará próximamente.
Boria insistió en el esfuerzo realizado en Huesca para ofrecer una formación sanitaria completa. La ciudad formó residentes en una amplia gama de especialidades: desde Medicina Familiar y Comunitaria hasta áreas quirúrgicas como Traumatología, Cirugía General, Urología, Anestesia y UCI. También se impartió formación en Psiquiatría, Geriatría, Medicina Interna, Digestivo, Farmacia Hospitalaria, así como en especialidades de Enfermería y Matronas. “Huesca es la ciudad perfecta para crecer profesionalmente”, afirmó.
Al dirigirse a los compañeros que se jubilaron, Boria recalcó que el acto no significaba un adiós, sino una celebración de trayectorias ejemplares. Agradeció las décadas dedicadas al cuidado de los pacientes, tanto en la sanidad pública como en la privada, en medios rurales y urbanos. “Muchos os dejasteis la piel —a veces literalmente— atendiendo, escuchando, resolviendo. Fuisteis médicos, pero también faros en la niebla para vuestros pacientes”, expresó.
Por último, agradeció en nombre del Departamento de Sanidad a todos los profesionales jubilados por su dignidad, compromiso y ejemplo. “Ahora os toca disfrutar del tiempo propio, del silencio sin teléfonos a las tres de la madrugada”, dijo con afecto. Recordó que su legado permanecerá vivo y expresó su reconocimiento al Colegio de Médicos, al que definió como un baluarte de los principios éticos y los valores de la profesión. “El Colegio defendió siempre el modo de actuar del buen médico. Es algo que debemos cuidar”, concluyó.