Noventa barbastrenses se han reunido este miércoles en el Restaurante Descaro para renovar su compromiso de amistad personal y su contrato social con la ciudad que les vio nacer y que les aportó la personalidad fluida y constante del río Vero.
La cita, que adquiere ya carácter de tradición, convierte el microespacio dentro de la magnitud capitalina en un hervidero que permite decir a quienes transitan en este caso por la Plaza de España: ¡hala, ya se han juntado los de Barbastro!
Y, sin embargo, hasta esta edición han transitado muchos años desde que David Lafuente, del Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado y hoy Subdirector General del INJUVE (Instituto de la Juventud de España) y Director de la Agencia ERASMUS+, concibiera la idea de aglutinar las voluntades de los barbastrenses dispersos en la inmensidad madrileña para establecer una comunidad que, recurrentemente, se reuniera para dar honor y ratificar su cariño a su origen.
Como si fuera un pescador, empezó a tejer la red hace ya veintitrés años con José Antonio Escudero, gran servidor público desde distintos cargos que ostentó y eminencia que siempre será del Derecho. De las conversaciones se pasó al cuchillo, el tenedor y la copa con vino del Somontano.
Pronto pondrían música a la relación en la voz de ese portento que es Antonio Latorre, y establecieron el Derecho como norma con Manuel Ollé (además de referente en la abogacía, hoy presidente de la Fundación Alcoraz en cuyas manos levita el futuro de la SD Huesca), con la escritora y periodista Inés Plana (porque "Antes mueren los que no aman"), la magistrada Verónica Ollé, el también exministro Luis Cosculluela, el secretario general del BBVA Domingo Armengol, y los comunicadores Encarna Samitier (directora de 20 minutos) y Manolo Garrido, además del prodigio de las letras Manuel Vilas con su mujer, también Premio Nadal, Ana Merino.
2019 fue año decisivo para el crecimiento de este núcleo de barbastrenses, empezó a crecer hasta la treintena en 2020 y, estos sí, salieron más fuertes con sesenta aliados tras la pandemia con cerca de sesenta en 2023. En 2024, plusmarca y ayer se congregaron noventa, bajo la bendición de monseñor Ángel Pérez Pueyo y el refuerzo del alcalde, Fernando Torres, y la concejala Blanca Galindo.
Y ya todos juntos, y bajo la promesa de la música en voz de la gran Pilar Jurado, libaron los taninos de la amistad con vinos de Viñas del Vero, Enate (Luis Nozaleda presente), Sommos, Bodega Pirineos y Monte Odina, que acompañaron si acaso con una lágrima que brotaba de la felicidad del reencuentro con el espíritu barbastrense, envuelta en un diluvio de palabras. Si hubiera que reescribir un evangelio específico de esta vocación de ser de la huerta y el río que los vio nacer, podríamos confluir en la idea de San Mateo de que "lo que Barbastro unió, no lo separe el hombre". Un hito más. Y los que quedan.