"Cada día estaba con vosotros en el templo enseñando, y no me prendisteis; pero esto ha sucedido para que se cumplan las Escrituras". El pasaje del Evangelio según San Marcos (14:49) ha precedido a partir de las 23:00 horas del Lunes Santo la Procesión del Prendimiento, correspondiente a la Parroquia de Santo Domingo y San Martín y que cuenta con la colaboración de la Asociación de Vecinos “Juan de Lanuza”.
Es la lectura del Prendimiento de Jesucristo, pronunciada dentro de la iglesia. Es la constatación de la dignidad y la divinidad del Cristo: "Habéis venido con espadas y palos a prenderme". Y, sin embargo, el paso del genial grausino Felipe Coscolla, esculpido en 1930, revela la dignidad que es tanto como divinidad de Jesús, con las manos atadas, asido y zarandeado por el brazo por un soldado, mientras otros romanos muestran unas faces terribles. San Pedro con los brazos en alto tras haber seccionado una oreja a uno de aquellos con una daga.
El dramatismo de la escena se ha convertido en Huesca en serenidad. Es uno de los primeros acontecimientos de la Pasión y los cofrades del Prendimiento están bien acompañados por el resto de agrupaciones. Todos entienden la severidad. Los titulares visten impoluta su túnica gris con bocamangas rojo, capirote gris y emblema encarnado en el pecho. Noche gris aquella en la que los apóstoles apenas alcanzaban a entender el sentido de aquel castigo, la sangre derramada y que anuncia más sufrimiento.
En lo profundo de la noche, muchos penitentes y mucho público. Tras la salida del templo, la ruta avanza por Coso Bajo, la calle Sancho Ramírez, Travesía Ballesteros, José María Lacasa, calle Lanuza y otra vez el Coso Bajo, Pasada la 1:30 de la madrugada, el paso descansa, una oración y un 'hasta el Martes Santo'.