Cruz Roja ha llevado a cabo este miércoles una acción informativa en la Plaza Concepción Arenal de Huesca, en el marco del Día Mundial contra la Trata de Personas, con el objetivo de crear conciencia sobre la situación de las víctimas de este delito y visibilizar las múltiples formas de explotación que continúan afectando a millones de personas en todo el mundo.
Desde las 18:30 horas, personal voluntario del área de Cooperación Internacional ha atendido a decenas de personas interesadas en conocer más sobre esta grave violación de los derechos humanos. En la mesa informativa se han repartido materiales divulgativos, se han respondido preguntas del público y se ha ofrecido orientación para identificar posibles señales de trata y conocer los recursos de ayuda existentes.
La acción ha formado parte de una campaña de sensibilización que Cruz Roja desarrolla a nivel estatal, con la que se busca informar, prevenir y denunciar la trata de seres humanos, considerada una forma contemporánea de esclavitud que afecta especialmente a mujeres, niñas, niños, personas migrantes en situación irregular y colectivos en situación de alta vulnerabilidad.
UNA ECONOMÍA CRIMINAL
Desde que en 2013 la Asamblea General de la ONU declaró el 30 de julio como Día Mundial contra la Trata de Personas, se ha instado a gobiernos y sociedades a tomar medidas más firmes frente a un delito que arrastra a sus víctimas a contextos de violencia, explotación, sometimiento y aislamiento, negándoles sus derechos más fundamentales.
La trata de personas incluye múltiples formas de explotación: prostitución forzada, trabajo esclavo, mendicidad infantil, tráfico de órganos, esclavitud doméstica, reclutamiento forzado por mafias, matrimonios forzados o incluso gestación subrogada no consentida. Según datos recientes, los tratantes obtienen alrededor de 236.000 millones de dólares al año, y en regiones como Europa y Asia Central los beneficios por víctima pueden superar los 20.000 dólares anuales. Se estima que más de 50 millones de personas viven actualmente en condiciones que encajan en lo que se conoce como esclavitud moderna.
Para hacer frente a esta situación, Cruz Roja dispone de una Unidad de Protección a Personas en Situación de Trata, con sede en la Oficina Central y apoyada por una red de 55 personas referentes distribuidas por todo el país. Además, en territorios como Aragón, muchos equipos locales participan activamente en esta tarea desde proyectos vinculados a migraciones, infancia, empleo, salud, mujer y otros ámbitos donde la trata tiene un impacto transversal.
La organización trabaja con un enfoque centrado en la persona, ofreciendo acompañamiento integral y confidencial para restituir los derechos vulnerados y facilitar el acceso a recursos. Además, dispone de unidades móviles que se desplazan hasta polígonos industriales, zonas rurales o clubes nocturnos para identificar posibles situaciones de explotación y prestar apoyo directo a las víctimas, especialmente mujeres en contextos de prostitución forzada.
Cruz Roja recuerda que la detección, prevención y erradicación de la trata de personas requiere del compromiso colectivo, no solo institucional, sino también ciudadano. Formarse, saber identificar señales y denunciar situaciones sospechosas son pasos fundamentales para acabar con esta forma de esclavitud aún presente en pleno siglo XXI.