En un paso significativo hacia una sociedad más inclusiva, la reciente supresión del término "disminuido" de la Constitución Española ha generado reacciones positivas, entre ellas las de Andrea Otal y María Richart, dos oscenses con discapacidad, así como las de Sara Comenge, presidenta de Cadis Huesca y directora de Valentia.
"A mi me parece muy bien que la quiten, porque decir disminuido es como una falta de respeto a las personas que tenemos discapacidad", comenta María y Andrea apunta que ella opina lo mismo.
Nadie se ha dirigido a ellas con esa denominación, pero "solo oír esa palabra en la televisión ya es mucho", aseguran.
Sara Comenge también ha expresado su satisfacción con este cambio, que considera un reconocimiento a los derechos de las personas con discapacidad. Resalta que desde hace mucho tiempo, en los foros de discusión y debates de la vida independiente, se había decidido utilizar el término "personas con discapacidad" en lugar de "disminuidos". Esta preferencia también se ha extendido a la sociedad civil.
La presidenta de la Coordinadora de Asociaciones de Personas con Discapacidad enfatiza que era lamentable que la Constitución aún incluyera el término obsoleto de "personas disminuidas o de disminuidos".
Subraya que las palabras no solo reflejan, sino que también construyen realidades, y que este cambio en el lenguaje puede impactar en la percepción de la sociedad hacia las personas con discapacidad.
En cuanto a los posibles efectos prácticos, Comenge se mostró optimista, sugiriendo que este cambio en el lenguaje contribuirá a construir un escenario cada vez más orientado hacia los derechos, donde las personas con discapacidad puedan ser incluidas y consideradas de manera más equitativa.