"La educación es el desarrollo en la persona de toda la perfección de que su naturaleza es capaz". Immanuel Kant
El abandono de los estudios durante la adolescencia es un problema serio, que no debe ser minimizado y que nos afecta seriamente en nuestro medio. No sólo afecta a Enseñanza, aunque quizá sea el departamento que más directamente lo sufre, además implica a la Sanidad pues un porcentaje elevado de adolescentes que desean abandonar sufren algún tipo de trastorno mental. También es un problema Social, pues a la sociedad se irán incorporando estos adolescentes sin formación. Por tanto, desde estos tres departamentos hay que ayudar a los adolescentes a afrontar y resolver las situaciones o problemas que le puedan llevar a tomar la decisión de abandonar su formación.
Para la prevención del abandono de los estudios se aconseja tomar diversas medidas entre las que se incluye la figura “El defensor del alumno”.
PREVENCIÓN DEL ABANDONO
- Conseguir una buena comunicación entre el adolescente y sus padres. En primer lugar corresponde al profesional sanitario que habitualmente atiende al adolescente y su familia abordar este problema, y si no obtuviera unos resultados óptimos, entonces debería remitirle al centro de salud mental interdisciplinario.También es cierto que hay familias problemáticas, disociadas, incompletas o marginadas y que deberían incluirse en el programa.
- Lograr una buena comunicación entre padres y escuela. Lo conveniente es identificar claramente el problema para buscarle la solución más adecuada, evitando señalar culpables. No es de recibo que en alguna ocasión los padres reciban la noticia del despido de su hijo del colegio o instituto sin ninguna derivación ni recomendación. Eso es muy traumático y sigue sucediendo y debería corregirse.
- El adolescente debe sentirse vinculado a su centro escolar, por lo que se aconseja potenciar las actividades escolares extracurriculares. Hay que identificar actividades en el cual el joven pueda destacar. Hay que descubrir las mejores aptitudes y estimular las mejores actitudes , ya que eso beneficiaría su autoestima, a parte de potenciar su vinculación.
- Interesa potenciar los deportes escolares. No sólo le ayudaría a sentirse más vinculado a su centro, sino también le aportaría un beneficio físico que repercutiría positivamente en su psiquismo. Si además tuviera la suerte de destacar en el deporte, su autoestima se vería incrementada. El deporte es un eficaz antidepresivo.
- Planificación de programas escolares con mayor cantidad de actividades creativas. Los programas suelen parecer aburridos. Conviene que haya actividades creativas como teatro, música, plástica, y otras que requieran más práctica que cúmulo de conocimientos, como sería la informática o mecánica.
- Finalmente, lo ideal sería ubicar en todo Centro Escolar de Adolescentes Equipos de Salud Mental interdisciplinarios para tratar no sólo los problemas de aprendizaje sino también, las depresiones, los de intimidación entre iguales, de consumo de drogas y articular medidas preventivas... y orientar escolar y profesionalmente alalumno según sus capacidades.
PROGRAMA DE PREVENCIÓN DE ABANDONO DE ESTUDIOS
Conviene que toda comunidad tenga un Programa de Prevención de abandono de estudios. Para que este fuera efectivo es necesario que hubiera una buena colaboración entre los padres, maestros, psicólogos escolares y miembros de la comunidad. Tendría 3 objetivos básicos:
- a) Conseguir un ambiente escolar positivo.
- b) Que el alumno se sintiera integrado en la escuela.
- c) Promover el desarrollo personal, social y emocional del adolescente.
MENTOR O DEFENSOR DEL ALUMNO
Cuando un profesor prevé un posible abandono de estudios por parte de un alumno se recomienda que éste disponga de la figura de un mentor o “defensor”, quien tendría las siguientes funciones:
- Controlar y animar más directamente al alumno para que asista regularmente a la escuela.
- Negociar los problemas que fueran surgiendo con los compañeros y profesores.
- Supervisar las tutorías y asegurar que estas se realizaran con agilidad.
- Conseguir una mayor participación del alumno en las actividades escolares y en las extracurriculares.
- Lograr una mayor implicación de la familia, cuando esta fuera deficitaria.
- Ser el “puente de enlace” entre la familia, el alumno y la escuela.
- Indagar sobre las ilusiones y metas personales del alumno para orientarle adecuadamente.
- Supervisar su asistencia a los servicios médicos y de salud mental, que idóneamente estarían ubicados en la misma escuela. Así se facilitaría que el alumno acudiera y además se evitaría la estigmatización por buscar ayuda psiquiátrica.
Conviene que sea un adulto con quien tenga el alumno una relación más estrecha, pues sino sería algo difícil que su intervención fuera eficaz.