En medio de una atmósfera cargada de devoción y fervor, la ciudad de Huesca ha sido testigo una vez más de uno de sus eventos más emblemáticos: el desfile de los romanos en Viernes Santo. A pesar de las condiciones atmosféricas inestables que amenazaban con interrumpir esta antigua tradición, la celebración se llevara a cabo como estaba previsto.
Los hombres, ataviados con túnicas romanas y algunos montando a caballo, se han congregado junto a la Catedral, listos para iniciar el recorrido hacia la iglesia de Santo Domingo.
El desfile se ha desarrollado con normalidad, entre el tintineo del armamento y algún relincho. Los espectadores se han agolpado en las aceras del Coso, principalmente, para seguir con respeto este acto tan querido de la Semana Santa oscense.
La iglesia de Santo Domingo ha sido el punto final del desfile, el espacio sagrado donde los romanos montarán guardia junto al venerado Cristo Yacente.
A pesar de las adversidades climáticas, el desfile de los romanos en Huesca ha logrado una vez más unir a la comunidad en torno a su fe y tradiciones ancestrales.