Elena Giménez, consejera del Consejo Diocesano de Zaragoza y responsable de la Pastoral Gitana, salió reconfortada y reafirmada de su experiencia en la fiesta fraterna en torno a la figura del Beato Ceferino Giménez Malla, "el tío Pelé", como le gusta llamarle. Con una palabra, "precioso", resume un programa que disfrutaron sábado (con una ponencia en torno a la espiritualidad de Ceferino) y domingo (ofrenda floral en el cementerio donde fue martirizado, Misa oficiada por el obispo en San Francisco y almuerzo en el hotel Clemente) en Barbastro.
Tanto gozaron los participantes que se atreve a sostener que "fue mucho más bonito de lo que podíamos imaginar. Barbastro está a mucha distancia de otros puntos de España y, sin embargo, aquí estuvo gente de Burgos, de Vitoria, de Córdoba, de Zaragoza o de Monzón, más cerca. Y agrada ese esfuerzo".
No escatima en palabras de gratitud por la acogida. "A don Ángel Pérez, que se volcó para crear un clima muy agradable que agradecimos todos. A José María Ferrer, que tantos conocimientos tiene sobre la vida de Ceferino. A todas las personalidades, al alcalde que nos acompañó en el cementerio, a Lorenzo Borruel, el teniente de alcalde, que estuvo en la misa, a Silvia Peropadre, a Ascen Lardiés que se dedica a la comunicación... Al propio capitán de la Guardia Civil, Raúl, que lamentó no estar poque tuvo conocimiento con demasiada premura...".
CEFERINO ES BARBASTRO
Elena Giménez sentencia: "Ceferino es Barbastro". La ciudad "tiene una importancia grandísima porque allí fue donde se fraguó su fe, nació y se desarrolló. Y allí su muerte y su martirio. Querer separar a Ceferino de Barbastro es imposible. Podrán hacer celebraciones, y es precioso, a nivel de pastorales gitanas en toda España, pero la verdadera celebración es Barbastro, porque Ceferino es Barbastro".
Esta es la causa del patrimonio espiritual acumulado estos días 3 y 4 de mayo en Barbastro. "Hemos vuelto llenos del cariño con el que se nos ha tratado y, en definitiva, es muy importante, porque es un ejemplo de vida. Es un gitano que vivió el Evangelio, lo vivió en carne propia. Es un ejemplo tanto para gitanos como para no gitanos. Estos actos lo que hacen es revivir esa vida, revivir ese ejemplo y que la gente se fije en él".
Relevancia reforzada por el 600 aniversario de la venida de los gitanos a España. "Ahí estaba la carta del Papa, como nos recordó don Ángel en la Eucaristía, como el Papa, que en paz descanse, se volcó con los gitanos. Una carta preciosa, entendiendo y valorando al pueblo gitano".
LA INSPIRACIÓN DE EL PELÉ
Ceferino Giménez Malla es una inspiración para el pueblo gitano. "Ejemplo, mucho respeto porque era un gitano que fue cristiano, un buen católico, amó a Cristo, nunca mejor dicho hasta la muerte, pero nunca dejó de ser gitano. Él supo conjugar en su persona las dos vertientes: gitano y cristiano católico. El amor a Cristo y el amor a su raza. Es un ejemplo a seguir y tenemos amor y respeto hacia él".
Reconoce que le gusta llamarle El Tío Pelé, que es como siempre le han mentado en su casa, "aunque Ceferino es su nombre. Cómo llamarle es un poco el corazón de cada uno y el momento. Igual es el Beato Ceferino que, de una manera más cercana cuando estás más unido a él, el tío Pelé".
El broche magnífico de la celebración en la Iglesia de San Francisco fue la interpretación de los "tangos de Ceferino", un palo flamenco que fue el empleado en su beatificación, "es un género precioso y alegre. Salieron tres gitanicas a bailar y fue muy bonito. En la misa, conjugamos un poquito al Coro de San Francisco, que tiene unas canciones muy bonitas, y otra serie de canciones flamencas. Fue una misa gitana"