Después de la acogida jubilosa a Jesús en su entrada en Jerusalén, entre palmas y ramos de la ciudad de Huesca, principalmente con cara de niño, la Procesión del Santo Cristo de los Gitanos ha concitado la presencia de miles de oscenses a lo largo de todo el recorrido, en el que las tradicionales saetas se han visto acompañadas por una sorpresa mayúscula.
En la salida de la Catedral del paso portado por la Cofradía que preside Manolín Giménez, Roberto Nistal, el actor muy laureado del Teatro de Robres, ha interpretado con la fuerza que le caracteriza una alocución preciosa. "En la espera se escucha un rosario para aliviar el pesar de tu sufrimiento. Con tu corona por el casco caminas con la luz de tus ojos aún más hermosos que hacen más bellas tus divinas manos. ¡Es el Cristo de los Gitanos acompañado por una gran multitud de gitanos y payos que rezan y cantan plegarias!". Roberto Nistal ha enumerado a esos gitanos que junto a él este año no caminan: el Rubi, la Estrella, el Miguelín, Ana, el Pollico, el Pachán, Consuelo, Ricardo, Pedro, Vicente, José María, Nicolás...
"Cada noche de Domingo de Ramos, acompañado por saetas como llantos pasea por Huesca el rey de espinas coronado! ¡Y Huesca se volvió gitana! Con un señor diferente, que es patriarca de un pueblo, con unas manos gitanas, con un sentir que es calé, sentimiento puro y bueno, y hasta llora la plaza, que al igual que Huesca se ha vuelto gitana, con ocho marchas seguidas, con una voz quebrajada, con una anda que suena a trompetas aflamencadas. Que no suenan los tambores, que suenan los viejos panderos, de esos que tocaban antes los gitanos canasteros".
"Y sus hijos van detrás, con pieles de caramelo, los que todavía son libres que de la India vinieron, con sus cantes, con sus bailes, con sus pañuelicos nuevos. Que te quiten las espinas, que la sangre se derrama, castigado por la fatica, y con tu porte gitano. Yo quisiera ser clavel para aliviar tus pisadas, ¡ay, señor de los gitanos! Detén tú la noche, que Huesca no despierte, que siga siendo gitana".
Luis Casáus, director de El Teatro de Robres, ha adaptado un poema a Huesca y lo ha recitado el intérprete del Bandido Cucaracha. La primera vez lo ha representado en la plaza de la Catedral al inicio de la procesión. La segunda, en la calle de Doña Petronila, en las escaleras que los gitanos denominan El Teatro de los Sueños. Ha sido un aliciente más para una procesión que sorprende siempre.
El desfile ha discurrido con un silencio hermoso, pleno de vocación y de fe, roto con hermosas y sentidas saetas, con ese desgarro y esa devoción que caracteriza al pueblo gitano. Recogimiento y solemnidad. La Semana Santa de Huesca ha arrancado con la Procesión que los últimos años le ha dado sentimiento puro y bueno. Felicidades a los gitanos, felicidades a Huesca.